Geremek: "Tener elecciones democráticas en Polonia es nuestra mayor victoria"
El principal asesor de Walesa asegura que la oposición acudirá a los comicios para ganarlos
Bronislaw Geremek, asesor de Solidaridad desde 1980 y uno de los firmantes del histórico acuerdo social polaco del pasado día 5, afirma en una entrevista con EL PAÍS que, a pesar de que la oposición no tiene "ni dinero ni imprentas ni cámaras de televisión", está dispuesta a ganar las elecciones que se celebrarán en junio próximo en Polonia. Geremek destaca la importancia que tanto para Polonia como para el bloque comunista en general tendrán las reformas acordadas en la mesa redonda.
Este profesor de Historia, de 56 años y el más allegado consejero de Lech Walesa, ha sido jefe de la delegación de la oposición en las negociaciones que ésta mantuvo durante los últimos dos meses con el Gobierno. Bronislaw Geremek se siente confiado en el futuro democrático de su país, pero advierte al mismo tiempo de los múltiples peligros a que se enfrenta el intento reformista.Pregunta. En el documento final de la mesa redonda que usted ha firmado, el acuerdo logrado se califica de "giro histórico". ¿Cree que tal evaluación es justa? ¿Se encamina Polonia hacia la democracia parlamentaria? ¿Serán las elecciones de 1993 verdaderamente libres y democráticas?
Respuesta. En la política debe partirse de hipótesis optimistas. En este caso hemos de partir de la hipótesis de que la mesa redonda realmente ha marcado un giro. Después de muchos años del estado de guerra entre el poder y la sociedad se ha logrado un acuerdo en el que cada uno de los dos bandos expresa la esperanza de una evolución hacia la democracia.
Creo que por primera vez al este del río Elba, en un documento suscrito por las autoridades y la oposición, se afirma que las elecciones siguientes deben ser democráticas. Ésta es nuestra mayor victoria.
En segundo lugar, hemos conseguido que las próximas elecciones de junio, a pesar de no ser democráticas y no satisfacer las aspiraciones de la sociedad polaca a la libertad y la democracia, serán más democráticas que todas las anteriores elecciones celebradas en este país después de la II Guerra Mundial. Y, por fin, la celebración en 1993 de unas elecciones realmente democráticas
ahora depende no sólo de la voluntad de las autoridades, sinotambién de la futura actividad social, del apoyo de la población.
P. A propósito de la actividad social, ¿cómo se prepara la oposición para las elecciones del próximo junio?
R. El hecho de que las elecciones se celebren dentro de pocas semanas forma parte de la estrategia de las autoridades. Han sido fijadas para una fecha tan próxima para que la oposición no tenga tiempo de organizarse. Debe tenerse en cuenta que entramos en la campaña electoral sin que existan partidos políticos; no contamos con estructuras organizativas, no tenernos dinero, ni imprentas, ni cámaras de televisión. A pesar de ello queremos ganar estas elecciones. Es como si creyéramos que es suficiente que la verdad y la justicia estén de nuestro lado.
Solidaridad, como sindicato, no va a participar directamente en las elecciones ni en la campaña, pero ha pedido al Comité Cívico, integrado por intelectuales, que desde hace dos años funciona como organismo consultivo de Lech Walesa, que organice la campaña electoral. Esperamos que en su lista se encuentren los más insignes representantes de Solidaridad y de diversas orientaciones y grupos políticos. Consideramos que frente al poder autoritario es necesario un frente unido de la sociedad civil.
Programa electoral
P. ¿Tiene la oposición ya un programa electoral? ¿En torno a qué consignas hará su campaña?R. Se puede decir que ya en la primera declaración del Comité Cívico, emitida hace dos años, fueron determinadas las principales aspiraciones populares: la libertad, la democracia y un sensato orden económico. En torno a estas tres consignas organizaremos el programa electoral. del Comité Cívico Solidaridad.
P. ¿No cree que las negociaciones han encajado a Solidaridad en el sistema?
R. Las negociaciones se celebraron entre dos enemigos pero, a pesar de ello, el diálogo fue posible. Las personas del equipo del poder que participaron en la mesa redonda son conscientes de que para ellas no hay camino de regreso. El fracaso del diálogo supondría ahora el fracaso de esta gente. Por tanto, no se ha tratado de un intento de debilitar a Solidaridad.
P. Después de la mesa redonda, la situación social no ha mejorado mucho. Hay pánico en el mercado. ¿No cree usted que se trata de una política consciente del Gobierno, que desea ya ahora compartir con la oposición la responsabilidad por estas medi das necesarias, pero muy impo pulares, sin compartir el poder? Y, por otro lado, ¿no teme usted el populismo de los sindicatos oficiales, que, con unas reivindicaciones irresponsables, quieren ganar la simpatía de los trabajadores y mermar las influencias de Solidaridad en las empresas?
R. Las dos cosas son verdaderas. El Gobierno del primer ministro Mieczyslaw Rakovski parece estar poco comprometido con la política de la mesa redonda. Intenta aprovecharla de forma instrumental.
También es verdad que en la actual dificil situación económica de Polonia -con una inflación galopante y con las subidas de precios previstas para la segunda mitad de este año- es fácil llevar la política de la demagogia populista. Ésta puede ser muy eficaz, y lo que ahora es un descontento marginal podrá convertirse en una fuerza explosiva en el futuro.
El peligro para el proceso de reformas en Polonia radica, por un lado, en el deterioro de la situación económica, y por otro, en la resistencia de las fuerzas conservadoras dentro del partido, en la Adiriinistración económica y estatal. No obstante, en la dirección política del país existe la voluntad de cambio. Y éste es un fenómeno nuevo. Sobre esta base formamos nuestro margen de esperanza.
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