Vivir de las deudas
Los efectos protestados en Madrid ascendieron a unos 35.000 millones en 1988
Los efectos protestados en la Comunidad de Madrid durante el pasado año rondaron los 35.000 millones de pesetas (32.000 hasta el mes de noviembre), según datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Rescatar ese dinero que el acreedor ya da por perdido es la misión casi imposible de las empresas dedicadas al cobro de morosos. Aunque en el sector abundan los profesionales sin escrúpulos que no dudan en utilizar la extorsión o el chantaje, la mayoría basan su eficacia en la burocracia y la rutina.
La lentitud del procedimiento judicial -que puede durar hasta cuatro o cinco años- permite a los especialistas en el cobro de impagados acometer la ardua tarea de persuadir a los morosos para que dejen de serlo en el plazo más breve posible. Ante las previsibles excusas, realizan un amplio despliegue informativo sobre la situación del interesado, para que reconsidere sus posibilidades de pago.El endeudamiento se da sobre todo en las operaciones comerciales entre proveedores y minoristas, pero está presente en todo el mundo de los negocios. Quizá donde alcanza cantidades más desorbitadas es en el ramo de la construcción, debido al volumen de las operaciones. Según datos provisionales del INE, sólo en la Comunidad de Madrid durante el pasado año y hasta el mes de noviembre, los efectos protestados superan los 32.000 millones de pesetas, de los que más de 30.000 corresponden a letras de cambio, y el resto a talones y cheques bancarios.
Elías Barnatán, abogado, estima que el índice previsible de morosidad en la vida comercial ronda el 7%, con un 1% de asuntos incobrables. Su gabinete gestiona la recuperación de las deudas por una comisión a posteriori que oscila entre el 10%, y el 30% del dinero rescatado. Su sistema se basa en el envío de una citación especial al moroso, con el fin de que acuda a su despacho para negociar las condiciones de pago. Se trata de resolver el problema por vía extrajudicial "porque los juzgados están saturados, y los costes elevan considerablemente la cantidad a devolver; una deuda de un millón puede engordar con los costes 300.000 o 400.000 pesetas", explica. Con este argumento suele convencer a un 50%-70% de los deudores.
Operaciones sin registrar
Las estadísticas sobre impagados sólo dan una idea aproximada del problema, porque muchas operaciones comerciales no están debidamente registradas. José Luis García Millas es director comercial del Servicio de Investigación y Seguimiento (Sise, SA), empresa que además de gestionar cobros asesora a sus clientes para que acrediten adecuadamente sus transacciones. "En España todavía no se da importancia a la parte documental.'Hay un 99%. de empresarios que no saben endosar una letra, y otros muchos todavía confían en el apretón de manos para cerrar un trato. De éstos se aprovechan muchos morosos".
No todos se endeudan deliberadamente; puede ocurrir que fallen las previsiones y el minorista se vea en un bache económico que le impida cumplir con sus compromisos. En este sentido, los sectores de la confección y el calzado, cuyo género pasa en seguida de moda, están muy castigados. "La eficacia en el cobro es muy aleatoria, porque en el 90% de los casos falla la documentación" continúa. Recuerda que más de un cobrador ha tenido que enfrentarse con situaciones desagradables, cuando no violentas: "Uno tuvo que salir de estampida en un mercado, perseguido por un carnicero cuchillo en mano". Sise, SA, cobra sus servicios por adelantado, según unos porcentajes que en el primer millón se sitúan en el 10% hasta un mínimo del 1% para cantidades mayores.
Conseguir que paguen los morosos también tiene sus innovaciones. El Cobrador del Frac visita a los deudores de etiqueta con una llamativa cartera. Es uno de las últimos inventos de los que viven de las deudas.
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