Socrates y la democracia
En su reseña al libro de Stone El juicio de Sócrates (EL PAÍS, domingo 26 de febrero de 1989), Fernando Savater titula La absolución de Atenas, y claramente se deduce de sus argumentos que Atenas queda absuelta de aquella ejecución por la investigación de Stone, que documenta que el filósofo no era demócrata. Eso puede ser relevante para dejar de venerar a Sócrates, pero desde luego dice muy poco en favor de la democracia ateniense. De Savater admiro por igual su pluma y su toma de postura política en asuntos en que, como en Euskadi, la discusión no transcurre precisamente por los cauces de la polémica filosófica. Pero considero que hemos de preocuparnos por lo que, ya desde Sócrates, constituye un problema difícil: ¿hasta dónde puede llegar la tolerancia de la democracia con los no demócratas? Ésa es la verdadera cuestión candente -y muy actual, por otra parte-; y creo que el caso de Sócrates es un ejemplo claro de lo que no deben hacer las democracias si han de ser merecedoras de ese nombre.-
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