Ultimátum de Craxi para endurecer la legislación antidroga

El Partido Socialista Italiano (PSI) no ceja en su empeño de endurecer la ley sobre la droga y amenaza con un referéndum popular si el Parlamento no se decide a aprobar la ley presentada por los socialistas. Dicha ley pide que desaparezca de la actual legislación la cláusula de módica cantidad que un ciudadano puede conservar para su uso personal sin caer en sanciones. Y que sea castigada no sólo la venta, sino también el uso de cualquier tipo de droga, desde la marihuana hasta la heroína, aunque se trate de la "primera vez".

A dicho rigor se opone, como ha subrayado el secretario general del PSI, Bettino Craxi, no sólo la oposición de izquierdas, sino, aunque de una forma por él apellidada "ambigua", la misma Democracia Cristiana, que mantiene en este campo una posición más relajada.Por su parte, el líder radical Marco Pannella, que últimamente se ha acercado a los comunistas, insiste en que deben ser liberalizados todos los tipos de droga o prohibirlas todas.

Sin embargo, Craxi, en un discurso pronunciado en Asís el miércoles, en un congreso sobre la droga organizado por su partido, ha insistido en que liberalizar la droga equivaldría "a entregar en manos de los traficantes a todos los que hoy son sus víctimas, y el Estado se rendiría ante ellos".

Y ha añadido que su impresión es que el Parlamento, que ya desde 1984 había sido requerido para cambiar la vieja legislación de 1975, considerada demasiado liberal por los socialistas, se muestra más bien "indiferente". Y ha amenazado con "recurrir al juicio de la gente", es decir, a un referéndum. Según Craxi, querer castigar a quienes usan la droga y no a sus mercaderes, y no aceptar la distinción entre drogas duras y blandas, "no significa ser reaccionarios", sino que "atenerse a las normas internacionales aceptadas por nuestro país".