El 'pasmo' de una noche de feria
Yo diría que algo así como una gota fría congeló todas las buenas intenciones flamencas. El frío polar y el fútbol en la tele convirtieron esta feria abrileña que no hemos inventado en Madrid en una especie de poblado semiabandonado y fantasmagórico, aunque las luces multicolores permanecieran encendidas.Y el rigor climatológico se nos coló en el pabellón del evento, que ahora se dice tanto. Yo creo que en esto de lo jondo hay mucho de contagio, y si un espectáculo empieza mal, después ya es difícil enderezarlo.
El que comento empezó fatal, con un cuadro desangelado y alicaído, capitaneado por Faiquillo, cuadro que repitió actuación en la segunda parte con la misma escasa fortuna; ni Faiquillo, que es un buen bailaor, mejoró la cosa con dos breves y tópicas intervenciones personales.
Gran noche flamenca
Cante: Talegón de Córdoba, Manuel Gerena, Naranjito de Triana, Sonia Soto, José Mercé, José Menese. Toque: Ramón Ortega, Romerito, Enrique de Melchor. Baile: cuadro flamenco de Faiquillo. Feria de Abril en Madrid. Recinto Ferial de la Casa de Campo, 4 de abril.
Comenzó Talegón con el cante, mal, basándolo todo en su fuerza y su altísima tesitura de voz. Siguió Gerena, peor, entregado inconsecuentemente al gorgorito plano, sin matices; comentó un amigo, con retranca, "éste conoce el cante, pero se entiende mal con él".
Ni siquiera los buenos cantaores -Naranjito, Mercé, Menese- pudieron ya calentar la noche. Ninguno redondeó una gran actuación, pero los tres se mantuvieron en un nivel de corrección y dignidad. Y así resulta que la gran triunfadora fue una niña llamada Sonia Soto, más que por sus méritos artístícos, por aquello de que los nifios siempre caen divinamente.
Cerca de las tres de la mañana huíamos de aquel pasmo verdaderamente cariacontecídos.
Babelia
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