_
_
_
_

Las elecciones consolidan el mapa político de Túnez

Las elecciones presidenciales y legilativas celebradas el pasado domingo en Túnez, presentadas como las del cambio o las primeras de la democracia, no han cambiado lo más mínimo el mapa político del pequeño país magrebí. Ben Alí, candidato único a la presidencia, con el apoyo de su partido y toda la oposición, recibió más del 99% de los sufragios válidos emitidos. En las legistativas, el partido del Gobierno, la Agrupación Constitucional Democrática (ACD), obtuvo la mayoría de los votos y se aseguró la totalidad de los 141 escaños que integran el nuevo Parlamento.

Una broma muy escuchada durante la campaña electoral tunecina aseguraba que sólo si el resultado de las elecciones era falsificado, la oposición entraría en el primer Parlamento del "postburguibismo". Con la excepción de los integristas del Partido del Renacimiento (En Nahda), las organizaciones políticas de oposición tienen todavía una muy débil implantación en Túnez. Las dificultades burocráticas impuestas a sus candidaturas y el sistema que otorga todos los diputados de una circunscripición al partido mayoritario en la misma, hacían prever que el 2 de abril de 1989 no significaría el fin del monopolio político de la ACD.La ACD es el viejo Partido Desturiano de Habib Burguiba, al que Ben Alí ha inyectado sangre fresca. Partido único durante las tres décadas de la historia independiente de Túnez, la ACD se confunde en ese país con el aparato del Estado. Su victoria del pasado domingo en las legislativas, más del 60%. de los votos en todas de las circunscripiciones, no resulta sorprendente. Esos resultados significan que sólo militantes de la ACD se sentarán en el futuro Parlamento.

Los comicios han dejado un sabor amargo en una oposición, que esperaba de ellos su incorporación a la vida política institucional, aunque fuera con una presencia parlamentaria testimonial.

El Movimiento de los Demócratas Socialistas (MDS) y el abogado Ahmed Mestiri ha justificado ya el fracaso de sus candidaturas por las numerosas irregularidades que, afirma, se han producido durante la campaña electoral y la misma votación. El MDS, que obtuvo en torno al 3% de los sufragios, retiró el domingo todos sus observadores de los colegios electorales, una medida que deja planear una duda sobre la limpieza de la jornada electoral del 2 de abril.

Éxito relativo

Los islamistas del aún no legalizado Partido del Renacimiento, antiguo Movimiento de la Tendencia Islámica, se han confirmado en las legislativas como la segunda corriente ideológica y política de Túnez. Los partidarios de Rachid Ganuchi y Abdelfátah Muru, que se presentaban como "independientes", han arrancado el 14,44% de votos.Ben Alí, su Gobierno y su partido tienen ahora que enfrentarse a la realidad de que los defensores de la completa aplicación de la charia o ley islámica en Túnez, son sus principales adversarios. Los portavoces islamistas expresaron ayer su "satisfacción" por los resultados obtenidos por las candidaturas "independientes". Pero, los analistas no ocultan la sorpresa por el reducido voto integrista, cuando se estimaba oficiosamenteque podrían obtener entre el 20 y el 25%. de sufragios.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Aunque el sistema de escrutinio mayoritario no le otorga ningún escaño, el Partido del Renacimiento ha probado sobradamente en estas elecciones su peso en la sociedad tunecina. El poder tiene ahora que plantearse de modo muy serio la posibilidad de legalizarlo y de devolver todos sus derechos civiles a los 7.000 militantes islámicos. El Movimiento Democrático Socialista, por su parte, se ha confirmado como la tercera corriente política tunecina, por delante de los otros cuatro partidos de oposición legalizados, que todos juntos sumaron apenas el 2% de votos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_