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Denuncias de irregularidades en las elecciones de Túnez

Los tunecinos acudieron ayer en orden y sin grandes aglomeraciones a las urnas, en la primera consulta electoral en el país magrebí desde la deposición, el 7 de noviembre de 1987, de Habib Burguiba. Las denuncias de irregularidades electorales por parte de la oposición, en particular el Movimiento de los Demócratas Socialistas (MDS), ensombrecieron el primer ejercicio de democracia de Túnez.

El octogenario ex presidente efectuó con tal motivo su prirnera salida a la calle desde su forzoso apartamiento del poder. Burguiba votó en su ciudad natal de Monastir, a favor, al parecer, del nuevo presidente Ben Alí y de su partido, la Agrupación Constitucional Democrática (ACD).La consulta electoral tenía un doble significado. Se trataba al mismo tiempo de designar al futuro presidente de la República y a los 141 diputados que se sentarán en el Parlamento. La elección presidencial no presentaba ninguna emoción, ya que el actual jefe de Estado, Zin el Abidín Ben Alí, era el Único candidato y contaba con el apoyo del partido en el Gobierno y de toda la oposición.

La verdadera incógnita de los comicios consistía en saber si por primera vez en la historia del moderno Túnez la oposición se sentaría en el Parlamento. Para las legislativas, los tunecinos podían escoger entre siete opciones diferentes. A lo largo de las dos semanas de campaña electoral, los islamistas del aún no legalizado Partido del Renacimiento, antiguo Movimiento de la Tendencia Islámica, habían sido la única corriente política que había hecho sombra a la ACD, sucesor del histórico partido único en ese país magrebí. Los integristas musulmanes se presentaban como "independientes", y diversas estimaciones les atribuían la posibilidad de obtener entre el 15% y el 25% de los sufragios.

Pocas aglomeraciones

Los resultados definitivos de la consulta sólo se conocerán a lo largo de la jornada de hoy, aunque el Ministerio del Interior tenía previsto facilitar los primeros datos la pasada medianoche. Las votaciones comenzaron a las ocho de la mañana y terminaron alas seis de la tarde, hora española. Los informadores extranjeros presentes en Túnez no vieron grandes aglomeraciones ante las urnas. De los casi 4,5 millones de electores potenciales, sólo 2,7 millones. estaban registrados en las listas electorales, lo que el Ministerio del Interior explicaba por el hecho de que para figurar en las mismas los tunecinos deben inscribirse de modo expreso. El número de colegios electorales era de 12.000.

En un país con un índice de analfabetismo de cerca del 30% del total de la población, el color de las papeletas era tan importante como su texto. La ACI), el viejo partido de Burguiba remozado por Ben Alí, se presentaba bajo el color rojo; los islamistas usaban el violeta, y los socialdemócratas del MDS de Ahmed Mestiri, el verde. Esas tres opciones, a tenor de todas las previsiones, se repartirán la práctica totalidad de los votos emitidos, que en su mayoría irán a la ACD.

El MDS, que ya había encontrado múltiples obstáculos por parte del poder durante la fase de preparación y presentación de sus candidaturas, retiró ayer sus observadores de los colegios electorales tunecinos. Las gentes de Mestiri, irreductibles opositores al burguibismo, afirmaron que sus observadores no habían podido desarrollar su trabajo en las condiciones exigibles en una votación democrática. Mediada la tarde de ayer, el MDS no descartaba la posibilidad de denunciar los resultados.

La segunda gran noticia de la jornada fue la reparición pública de Habib Burguiba, de 86 años de edad. A mediodía, los medios informativos oficiales de Túnez informaron que "el líder Habib Burguiba" había cumplido "su deber electoral" en su localidad natal de Monastir. Era la primera vez que se hacía una referencia oficial en Túnez a las actividades actuales del ex presidente, depuesto por Ben Alí por "incapacidad física y mental". Burguiba, que apenas puede moverse, fue acompañado al colegio electoral por su hijo.

Desde su destitución, el antiguo combatiente supremo vive retirado en la que fue residencia del gobernador de Monastir, una hermosa villa con un gran jardín, y es accesible tan sólo a sus familiares cercanos y amigos íntimos. Hace un par de semanas, sin embargo, Marie-Claire Mendès-France, viuda de un jefe de Gobierno francés, tuvo la oportunidad de ser el primer visitante extranjero del ex presidente.

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