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Madrid pierde su memoria

Los monumentos de la Comunidad están amenazados por la ruina y el abandono

Juan Antonio Carbajo

Las baldosas se levantan solas en el monasterio del Paular. La humedad que se filtra por paredes, techos y suelos ha degradado estucos, mármoles y dorados. Las pinturas prácticamente han desaparecido; los patios y antiguas celdas presentan un estado de deterioro generalizado. Sin embargo, este conjunto de desolación está declarado desde hace más de un siglo monumento histórico-artístico. Un título que no ha salvado de la ruina ni a éste ni a 16 monumentos más de los 28 que este año entran en el plan de restauración de la Comunidad de Madrid.

La Consejería de Cultura ha conseguido arañar este año 538 millones de pesetas para obras de restauración. Todo un éxito, considerando que en 1988 había sólo 300 millones. Pero el presupuesto, aun siendo casi del doble, es claramente insuficiente. Los responsables de la Comunidad de Madrid calculan que habría que invertir de forma urgente 2.000 millones de pesetas.Las deficiencias que presentan los monumentos incluidos en el plan de restauración de este año abarcan una amplia gama de deterioros, que van desde la caída de cubiertas a la presencia de grietas de longitudes respetables. La mayoría padecen filtraciones, han sido presa del vandalismo, han perdido materiales o han sido objeto de restauraciones enloquecidas y sin sentido. El peligro de derrumbamiento se cierne sobre algunos de ellos.

Pero como el presupuesto de restauración no da para mucho, la mayor parte de las obras se dirigen a la consolidación de estructuras y a la reforma de las cubiertas. "Las obras que vamos realizando, excepto en algunos casos, son las imprescindibles para detener el deterioro", explica Ángel Sanz, jefe del Servicio de Bellas Artes. "Actuamos empujados por la propia situación física del patrimonio. Esperemos que en el futuro, sin tanta urgencia, podamos emprender otras tareas".

Los monumentos que serán objeto de alguna intervención este año tienen diagnósticos desoladores. Las ruinas del monasterio de La Cabrera presentan, según los técnicos, gravísimas patologías: "Cubierta inoperante, interior degradado, deterioro de cerramientos...". Este año se invertirán 20 millones en "medidas provisionales de consolidación de la iglesia, cerramientos y excavaciones arqueológicas". El característico recinto amurallado de Buitrago de Lozoya no le va a la zaga. El dictamen técnico avisa de un riesgo grave de desplome de un sector de la muralla. El resto del trazado tampoco está para muchos trotes: filtraciones, grietas, desaparición de materiales... Con 15 millones, la Comunidad restaurará los adarves y consolidará varios tramos. Para el castillo-fortaleza, que se encuentra en ruina total, no hay presupuesto.

La Puerta de Burgos, de Alcalá de Henares, es la única de la cerca medieval que todavía resiste, y no sin dificultades. Desplomes, abombamientos, grietas, roturas y pérdida de materiales quedan como testimonio del abandono. Este año, con 15 millones de pesetas, se intentará reconstruir la cubierta y consolidar la estructura.

El ábside de la iglesia de San Andrés, en Cubas, está adornado por una grieta desde el suelo al tejado. Los contrafuertes de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Valdemoro, se han desplomado. El convento de franciscanas terciarias de Alcalá de Henares tiene múltiples grietas y fisuras. Las paredes de la iglesia de San Esteban, en Cenicientos, presentan pudriciones. El tejado del convento de las bernardas de Alcalá tiene más agujeros que tejas. La estructura de la iglesia de Santa María Magdalena, en Ciempozuelos, está podrida. En estos monumentos se realizarán obras valoradas entre 5 y 20 millones de pesetas.

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Del plan de 1989, la mayor tajada se la lleva el monasterio del Paular, en el que este año se invertirán 50 de los 200 millones que recibirá en fases sucesivas. El oratorio de Caballero de Gracia verá por fin la luz después de 13 años envuelto en andamios y telas. Se invertirán 48 millones en la fachada de Gran Vía. Treinta y seis millones costará la restauración de la capilla de San Isidro. Y quedan las migajas: cinco millones para la muralla árabe de Madrid y cuatro para el única bien mueble, el órgano de la iglesia de Estremera, que ha perdido 444 tubos desde el año 1716.

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