La provincia de Kosovo, al borde de la guerra civil
HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIAL, Nuevos enfrentamientos armados entre manifestantes albaneses y las fuerzas de seguridad yugoslavas elevaron ayer a más de una veintena las víctimas mortales en la provincia meridional de Kosovo, que se halla ya prácticamente en estado de guerra civil. Miles de jóvenes albaneses volvieron ayer a desafiar las reforzadas medidas de excepción y sé concentraron en diversas localidades de Kosovo para protestar contra la nueva Constitución de Serbia, que recorta drásticamente la autonomía de esta provincia, habitada en un 90% por albaneses.
Mientras en Belgrado, la capital de Serbia, la nueva Constitución era proclamada ayer solemnemente en la sala de congresos Sava y en el Parlamento. Por la noche, decenas de miles de manifestantes se volcaron anoche en las calles para celebrar en un clima de fiesta esta nueva Constitución que incrementa sus derechos sobre sus dos provincias autónomas Voivodina y Kosovo. En señal de luto por los dos policías muertos el lunes por disparos de los nacionalistas albaneses, se dispuso que sólo sonara música clásica y no popular.Las autoridades yugoslavas han decretado un severo toque de queda en todo Kosovo, la prohibición de toda reunión que supere las tres personas y la suspensión de la enseñanza, la universidad y todo acto público.
Ayer se volvieron a producir durísimos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y "una masa furiosa" de manifestantes albaneses, según medios oficiales, en localidades como Jakovica, Zuc y Orahovac. En Urosevac, localidad donde se produjeron, al igual que en la capital de Kosovo, Pristina, gravísimos accidentes en los últimos días, el Ejército patrulla con armas largas automáticas, apoyo de helicópteros militares y carros de combate y tanquetas. Ejército y policía tienen orden expresa de responder al fuego que se les hace desde grupos armados radicales entre los manifestantes, por lo que el número de víctimas puede aumentar.
Ayer llegaron nuevas tropas del Ejército y brigadas especiales a la región para intentar ya con toda dureza y por la fuerza de las armas poner fin a una oleada de dureza que, contra lo esperado por muchos observadores hace tan solo unos días, adquiere rápidamente el carácter de guerra civil. Entre la juventud albanesa se ha producido, tras años de tensión, un estallido de rabia que supera todos los temores y que la lleva a desafiar abiertamente -armados con hachas, piedras y pistolas- a las fuerzas militares y policiales desplegadas en la explosiva provincia.
Kosovo, la provincia más pobre de Yugoslavia, registra un 36% de desempleo y su economía es subsidiada por el resto de la federación. Cerca de un 90% de los casi dos millones de habitan tes de Kosovo son albaneses.
Éxodo de la minoría serbia
La situación se ha agravado dramáticamente también para la pequeña minoría serbia en Kosovo que, si desde hace años se queja de ser víctima del "terrorismo albanés", hoy corre un riesgo físico grave e inmediato. Muchos miembros de esta comunidad serbia han abandonado Kosovo en les úItimos días. Sus hijos de más corta edad ya habían abandonado la provincia al comenzar la escalada de tensión en febrero.
Con los dos policías muertos por disparos de manifestantes el lunes, se confirman los temores de los aniversarios políticos del líder servio Slobodan Milosevic, tanto en Croacia y Eslovenia como entre los albaneses moderados, de que la política impuesta por Serbia en los últimos meses sólo podía llevar hacia la ruptura total del diálogo inter-étnico en Kosovo y reforzar a los más radicales nacionalistas.
[El ministro de Exteriores de Albania, Reis Malile, que tiene previsto llegar hoy a París, criticó en una entrevista al diario Le Monde a actitud de las autoridades yugoslavas con respecto a los albaneses de Kosovo. La agencia yugoslava Tanjug, por su parte, acusó ayer a las autoridades de Albania de "incitar abiertamente" la rebelión en Kosovo, informa France Presse.]
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