Un motín en la mayor cárcel de Guatemala causa 12 muertos

Al menos 12 personas murieron el domingo en Guatemala como consecuencia de un motín de 200 presos de la cárcel de Pavón, la mayor del país, a unos 35 kilómetros al este de la capital. Los amotinados mantienen como rehenes a cerca de 10 personas, entre guardias y familiares de presos que se encontraban de visita dominical.

Los amotinados, que se apoderaron de unas 250 carabinas de los guardias del penal, piden una amnistía general o la reducción de sus sentencias, la destitución del actual director de la cárcel y una mejora en las condiciones de vida, según informó Conrado Monroy, portavoz del sistema nacional de prisiones de Guatemala. El centro penitenciario de Pavón está diseñado para 300 detenidos, pero actualmente alberga a unos 1.700 reclusos.El presidente de Guatemala, el democristiano Vinicio Cerezo, ordenó ayer a las fuerzas de seguridad "evitar un baile de sangre" y que no traten de tomar el presidio por la fuerza. Unos 1.500 agentes de seguridad, de las unidades de la Policía, el Ejército y la Guardia Rural, mantienen rodeado el penal.

Una comisión negociadora integrada por representantes de la Policía, los bomberos y los amotinados se reunió desde el comienzo del secuestro. Después de más de seis horas de conversaciones, los amotinados permitieron que un grupo de voluntarios evacuasen seis cadáveres, de cuatro reos y dos guardianes, muertos al comenzar la reyerta. Según el juez Leonel Marroquín, varios cadáveres más, en número no determinado, se encontraban ayer en el interior del penal. Entre los rehenes hay 365 mujeres y 154 niños, en su mayoría menores de seis años.

Los prisioneros amotinados han solicitado una negociación directa con el defensor de los derechos humanos, Óscar Menendez de la Riva; con Nineth de García, presidenta de un grupo de padres de desaparecidos, y con un representante de Amnistía Internacional, según informó Conrado Monroy.

"Va a continuar"

"Creo que la revuelta va a continuar durante mucho tiempo", manifestó el periodista guatemalteco Ricardo Gatica, que entró en la prisión y conversó con algunos amotinados. Según el periodista, unos 200 priosioneros estaban armados. "Sienten que están en posición de fuerza", afirmó.Marco Antonio Rosales, que se encontraba de visita en la cárcel cuando estalló el motín y que permaneció siete horas como rehén, antes de ser liberado junto a su mujer herida, describió así los hechos: "Fue como si nos golpearan con un chorro de agua. Hacia las 12.30, todo el mundo empezó a correr, y nosotros corrimos hacia la iglesia [la capilla del interior de la cárcel]".

A lo largo de la tarde de ayer se escucharon tiroteos, y dísparos desde el interior de la cárcel contra los helicópteros que sobrevolaban la prisión. Las fuerzas de seguridad guatemaltecas no habían lanzado ayer un ataque directo, por temor a causar bajas entre los rehenes.

El portavoz de la policía de Guatemala, Carlos Chen, declaró que no se esperaba un asalto al penal durante la noche, sino que pretendían agotar primero las posibilidades de una salida negociada. Otras fuentes policiales aseguraron que la situación permanecía muy tensa y que podría empeorar en el transcurso de la noche.