La mayoría de Mitterrand
Ocho años después de la llegada al poder de François Mitterrand, las elecciones municipales francesas ensanchan la mayoría presidencial en torno al Partido Socialista (PS), que gana votos a su derecha y a su izquierda. Los resultados de a segunda vuelta, celebrada el domingo, confirman asimismo la política de apertura definida el mes pasado por Mitterrand en la televisión: no se trata de formar un Gobierno entre socialistas y centristas -perdedores en esta consulta-, sino de agrupar alrededor del PS a la derecha de la izquierda y a la izquierda de la derecha.La neta victoria socialista en las municipales, mientras el partido ejerce el poder, quiebra la tradición del voto de castigo al Gobierno, sufrido más bien por la oposición. Los socialistas ganan 12 alcaldías -entre ellas Estrasburgo, Mulhouse, Dunkerque, Aviñón, Aix-enProvence, Blois, Orleans y Brest-, aunque su avance se queda a las puertas de París, donde resiste la ciudadela de Jacques Chirac, presidente de la Asamblea por la República (RPR). La otra mancha socialista es el descalabro en Marsella del candidato oficial del partido, Michel Pezet, borrado del mapa por el alcalde rebelde, Robert Vigouroux, que se apunta el triunfo en los ocho sectores electorales de la ciudad. Sin embargo, el éxito de Vigouroux, apoyado por Mitterrand, juega también en favor de la política de apertura al centro diseñada desde el Elíseo y el palacio de Matignon, residencia del primer ministro.
Independientemente del carácter local de los,comicios, los resultados confirman el síntoma expresado por las largas negociaciones preelectorales en la izquierda. Socialistas y comunistas cada vez están más lejos. El electorado de izquierda no secundó el domingo la disciplina republicana en diversas poblaciones, y la falta de votos socialistas explica la derrota de los alcaldes comunistas de Amiens, que llevaba 18 años en el cargo, o de La Ciotat.
El PC17 pierde cinco municipios, gana solamente uno a la derecha -Saint Quintin- y su resistencia en la región par¡siense no puede impedir la sensación de declive progresivo, en beneficio de los socialistas.
La novedad de estas elecciones, los ecologistas, han mantenido o aum entado, en general, sus porcentajes de la primera vuelta -tendrán un concejal en París-, y han conseguido tina implantación nacional. Pero el traspaso de parte de sus votos a la izquierda ha sido mayor que el equivalente del Frente Nacional (FN) a la derecha clásica, lo que facilita también la hegemonía socialista. Aunque Le Pen no será concejal de París, el FN tendrá por primera vez un alcalde en una ciudad de unos 10.000 habitantes -Gilles, en el sur de Francia- y entrará en los consistorios de Estrasburgo, Mulhouse, Perpiñán (más del 29% de los votos y ocho concejales), Roubaix o Tourcoing. Los resultados de Le Pen plantean a la derecha, que ha renunciado a pactar con el Frente Nacional, una duda estratégica, ya que no puede alcanzar la mayoría con el FN -el voto centrista emigraría hacia el territorio socialista-, pero tampoco sin él.
Desde hace al menos un año esa duda se ha resuelto en la dirección del rechazo del pacto y en favor del aislamiento del FN. Los dirigentes del RPR que renuncian a cualquier alianza con Le Pen han recogido además los frutos del triunfo, como Michel Noir en Lyón o Alian Carignon en Grenoble, y no parece que la direccion neogaullista vaya a revisar su estrategia en este aspecto. Los plenos de Noir en Lyón -gana los nueve distritos- y de Chirac en París consuelan al RPR, que ha perdido en total dos alcaldías, resistiendo mejor incluso de lo que esperaban sus dirigentes.
La Unión por la Democracia Francesa (UDF), presidida por Valéry Giscard d'Estaing, aparece como la gran perdedora, especialmente porque las ganancias de Amiens (al PCF), de Cannes (al RPR) o de Saint-Malo (a otra lista de derecha) no pueden compensar las pérdidas de Dunkerque, Tourcoing, Vichy o Aix-en-Provence ni, sobre todo, los desastres de Lyón y Marsella. Jean-Claude Gaudin, presidente del grupo de la UDF en la Asamblea Nacional, ni siquiera ha logrado mantener la alcaldía de su distrito.
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