El Gobierno chino se abre a los partidos no comunistas

La Asamblea Nacional Popular (ANP), el Parlamento chino, inicia hoy en Pekín su sesión anual en medio de un clima tenso por los graves disturbios acaecidos en el Tíbet hace más de una semana y por las disensiones que el manejo de la actual crisis económica está causando entre los dirigentes. Tal vez lo más novedoso de la ANP será el visto bueno a la entrada en el Gobierno de representantes de las ocho formaciones no comunistas, aunque dependen del Partido Comunista Chino (PCCh).

Parece estar totalmente descartado que los 15 días de debate, a los que asistirán casi 3.000 delegados, deseimboquen en un recambio de la cúpula del PCCh, como ocurrió el año pasado, pese a las críticas cada vez más abiertas contra el secretario general, Zhao Ziyang, considerado el delfín del viejo líder, Deng Xiaoping.Cuando el primer ministro, Li Peng, presente hoy el informe sobre la situación del país, quedará patente la lucha ¡nterna que la delicada situación de la economía ha abierto eritre quienes, como Zhao, propugnan acelerar la reforma y los que, como Li, adoptan una postura más conservadora.

Fuentes oficiales manifestaron ayer en Pekín que el informe de Li pondrá gran énfasis en proseguir con la política de rectificación iniciada en octubre tras la fuerte subida de la inflación -la tasa oficial la situó en un 27% en 1988, aunque en realidad fue más de un 35%- y en el compromiso de dar batalla a la corrupción.

El primer ministro lanzará también un ataque a Zhao Ziyang, al afirmar que la espiral inflacionista es causa de una mala gestión de quienes dirigieron hasta mediados de 1988 el Gobierno. Li propondrá reducir durante dos o tres años la velocidad del desarrollo, que en 1988 fue de un 11,2%. El Gobierno recomendará que el producto nacional bruto crezca este año un 7,5%.

Una docena de representantes de los ocho partidos políticos no comunistas legales que existen actualmente en China, al margen del PCCh, pero dependientes de éste, entrarán a formar parte del Gobierno tras la reuniór de la ANP. Los nombres de dos de ellos, dos viceministros, uno de Trabajo y otro de Agricultura, fueron anunciados el pasado viernes.

La iniciativa ha sido presentada por parte oficial como un paso importante en la vía hacia la democratización del país, pero los analistas reducen su trascendencia y recuerdan que llega simutáneamente a la publicación en la Prensa de un discurso pronunciado por Zhao en enero en el que criticaba a quienes pretenden implantar un pluripartidismo real.

El Parlamento discutirá también la crisis del Tíbet, en donde las autoridades todavía no han levantado la ley marcial impuesta tras los graves disturbios ocurridos a principios de mes y en los que, según datos oficiales, murieron 16 personas, aunque testigos occidentales hablan de un número mayor. El Gobierno estudia la posibilidad de hacer una nueva oferta de negociación al Dalai Lama, el líder espiritual tibetano exiliado en India.

La situación de los derechos humanos es otro de los temas de la agenda parlamentaria donde la discusión puede ser acalorada. Varios miembros de la ANP apoyan la iniciativa de casi un centenar de intelectuales en favor de una amnistía de presos políticos con motivo del 40º aniversario de la revolución. El Gobierno ha condenado este tipo de iniciativas y ha advertido que ponen en peligro la unidad y la estabilidad del país.