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El más adecuado para lo más importante

La ley de la Función Militar pretende aumentar el nivel profesional de los mandos

Carlos Yárnoz

CARLOS YÁRNOZ La aplicación de la ley de la Función Militar, actualmente en trámite en el Parlamento, aumentará de forma considerable el nivel profesional de los mandos de los ejércitos y originará que los destinos más importantes estén ocupados por las personas más adecuadas de acuerdo con su formación y preparación, según el Ministerio de Defensa. La ley, que cierra el grupo de normas sobre reformas militares en materia de personal, constituye la modificación más importante de los últimos decenios en la carrera de las armas.

La trascendencia de la nueva norma ha originado que los expertos de Defensa hayan trabajado durante más de tres años en la elaboración de esa ley. "En todo momento se han tenido presentes las opiniones y observaciones de los ejércitos", se indica en un amplio documento sobre la ley redactado por el departamento.Según el documento, la ley persigue "racionalizar la estructura de cuerpos y escalas para adaptarla a las necesidades de las Fuerzas Armadas; diseñar sistemas de ascenso y promoción que incentiven la dedicación y esfuerzo profesionales; y definir un modelo de enseñanza militar que responda a los requerimientos anteriores y proporcione a las Fuerzas Armadas el recurso de personal que éstas necesitan".

En cuanto a los cuerpos y escalas, la ley trata de ordenar la maraña de colectivos que hoy existen en los tres ejércitos, en muchos casos con distintas clases de carrera y posibilidades de promoción. Los 207 cuerpos y escalas que hay en la actualidad en los ejércitos quedan reducidos a 105, en muchos casos equiparables en los tres ejércitos.

Los sistemas de ascenso, pro moción y fijación de destinos constituyen la parte más novedosa de la ley, y tienen por objeto incentivar la formación y perfeccionamiento profesionales a lo largo de toda la carrera. Hasta ahora, los militares ascendían, salvo en el caso del generalato por antigüedad, es decir, de acuerdo con el puesto que ocupaban en un inamovible escalafón elaborado cuando acababan los estudios en las academias.

El orden de escalafón al concluir los estudios de las academias seguirá siendo importante, pero quedará alterado, por ejemplo, con los ascensos por selección. Los ascensos podrán decidirse por selección, elección y antigüedad. A partir del empleo de comandante (en las escalas superiores), ya se podrá ascender por selección tras superar diversas evaluaciones y clasificaciones, aunque la última palabra la tendrá el ministro de Defensa. De coronel a general y entre los generales sólo se ascenderá, como ahora, por elección.

Variar el escalafón

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Con este sistema, militares de la misma promoción ascenderán en períodos diferentes y su orden en el escalafón variará continuamente. En gran medida, esas variaciones dependerán de la preparación profesional de cada militar a lo largo de su carrera. Por ello, la enseñanza militar no acabará al concluir el período de academias, sino que se estructurará en las fases de "formación", "perfeccionamiento" y "altos estudios militares". La de perfeccionamiento, por ejemplo, incluirá "cursos de especialización y capacitación para el desempeño de los empleos superiores".

Siempre con el objetivo de incentivar el perfeccionamiento profesional y para que los puestos sean ocupados por los militares más adecuados en cada caso, los destinos serán fijados por "libre designación", "concurso de méritos" o "antigüedad".

En cualquier caso, todos los militares serán evaluados anualmente según su historial e informes de sus jefes. A la vista de ello, el ministro podrá incluso declarar no apto para el ascenso a quien así lo considere.

Un proyecto "perfeccionable"

C. Y. El Gobierno y el Grupo Socialista en el Congreso realizan gestiones en estas fechas para lograr que el proyecto de ley de la Función Militar sea aprobado por unanimidad, por entender que es una norma clave para él futuro de los ejércitos, con independencia del partido que tenga la mayoría. No obstante, algunos dirigentes socialistas, como el propio titular de Defensa, entienden que la ley puede ser perfeccionada.

En el ámbito militar, las críticas se han centrado, sobre todo, en el hecho de que la ley fija en 32 años el tiempo máximo de permanencia en la carrera militar, a no ser que se alcance el empleo de general en las, escalas superiores, teniente coronel en las medias o suboficial mayor en las básicas. Los suboficiales entienden, además, que su carrera debe estar encajada en las escalas medias y no en las básicas. Otras reticencias proceden de los rnilitares pertenecientes a las escalas y cuerpos declarados "a extinguir" y, en definitiva, de quienes piensan que el nuevo iniadelo de carrera truncará sus aspiraciones.

El Grupo Socialista anunció que presentará enmiendas al proyecto -el plazo concluye a finales de mes- y el Grupo Popular asegura haber preparado más de 90, pese a calificar de "necesaria" la ley. Entre esas 90, tina propone que la norma se llame ley de la Profesión Militar y otra propugna alargar a 34 el número de años de permanencia máxima en los ejércitos.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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