Banesto estudia la posibilidad de fusionar su grupo industrial para obtener beneficios fiscales
Mario Conde, presidente de Banesto, envió la semana pasada al Gobernador del Banco de España una carta en la que se detallan diversas alternativas para proceder a cubrir en el plazo de dos años el agujero de 23.000 millones de pesetas resultado de la ruptura de la fusión con el Banco Central, según asesores externos del banco. Una de las opciones consiste en separar el grupo industrial de la entidad, fusionándolo entre sí, para obtener beneficios fiscales.
Entre los mecanismos descritos como "más interesante" por las fuentes, figura uno que permitiría a la entidad la revalorización de su vasta estructura industrial asentando este patrimonio sin tributación. Los asesores de Banesto estiman que esta operación es posible -si no se topa con una dura objeción ministerial- mediante una escisión de la cartera. La ley de fi1siones de 1980 considera exenciones fiscales tanto para las fusiones como para las escisiones de cartera con posterior fusión.Banesto matiene un cerrado hermetismo sobre su negociación con el Banco de España. Un portavoz del banco presidido por Conde señaló que "lo que se negocia es un calendario para efectuar las dotaciones correspondientes. La idea es de dos años. Sin embargo, si el presente ejercicio mantiene la marcha. de los primeros dos meses el objetivo podría alcanzarse a finales de 1989'.
La operación descrita por los asesores implicaría separar el grupo industrial fusionándolo entre sí. A resultas del desgajamiento sería necesario entregar a los accionistas del banco títulos del nuevo desgajamiento, en una relación de canje a definir. Los viejos accionistas de la entidad pasarían a ser tenedores de dos tipos de acciones. Las que pertenecen patrimonialmente sólo al banco y las que pertenecen patrimonialmente sólo al grupo industrial.
Banesto había diseñado antes de la iniclativa de fusión la posibilidad de reagrupar su estructura mediante la creación de una sociedad holding de la que dependiera de un lado el grupo.bancario y del otro un conglomerado industrial. La idea desarrollada en parte por Antonio Torrero Mañas, consejero de la entidad bancaria, cayó en desuso al decidirse la fusión. Sin embargo, la ruptura del proceso en febrero reactualizó los planes en especial por la posibilidad de abrir una wría en la obtención de ventajas fiscales.
Consecuencia de la no fusión
Banesto debe cubrir un agujero de 23.500 millones de pesetas resultado de la no fusión, ;según diversos portavoces de la entidad. Dentro ole los dos bloques de las plusvalías generables por la fusión, uno por revalorización de activos y otro por revalorización de cartera, las posibilidades del primero están enterradas. Por el primer concepto, las plusvalías podían ascender según la entidad a unos 70.800 millones de pesetas. La segunda ofrecía potencialmente 50.600 millones. Éstos últimos se concentrIffl en los tíltulos -mayormente de participadas- que residen en las denominadas isas. Son las sociedades de inversión del grupo, sobre las que el propio banco lanzó una oferta pública de adquisición de títulos a principios de 1988.
El objetivo era recuperar los títulos y el control sobre las sociedades industriales del grupo para debilitar a los adversarios dentro del consejo de la sociedad, en especial tomar el control definitivo sobre La Unión y El Fénix. Aunque la mirada estratégica tenía en cuenta la separación de activos y el holding, así como la debida protección de las empresas desguarnecidas en un mar infestado de tiburones.
Como saldo de una operación de este tipo, Banesto no sólo pc Iría aspirar a los beneficios fiscales, de difícil objeción, sino proceder más tarde a la cesión de parte del capital del conglomerado industrial en forma ordenada. Las apetencias de British Petroleum por incrementar su presencia en Petromed son notorias. Lo mismo sucede con los tradicionales asedios a Tudor y a Asturiana del Zinc.
Un capítulo aparte lo constituye La Unión y El Fénix. En el último año, la gigantesca aseguradora recibió ofertas de participación de la germana Allianz, que terminó por cerrar trato con el Banco Popular, y de la francesa Union des Assurances de París (UAP).
Empleados y accionistas
Banesto ha concedido créditos para la adquisición de títulos por unoss 9.500 millones de pesetas, según fuentes cercanas a la entidad, lo que representa entre 1,5 y 2,0 millones de acciones, frente a peticiones por 42.000 millones. La fuente no preciso la distribución de estos créditos entre empleados y personas, físicas o jurídicas ajenas a la entidad. Por su parte, fuentes próximas al Banco Central señalaron que el banco colocó entre 14.000 empleados 7,84 millones de acciones, lo que puede representar una cifra del orden de los 37.000 miliones de pesetas.Teniendo en cuenta la reciente circular del Banco de España que obliga a provisionar este tipo de préstamos, y suponiendo que la colocación se haya realizado sólo entre empleados, al Central le correspondería provisionar 12.950 millones de pesetas y a Banesto3.325 millones. Por su parte, el Banco Bilbao Vizcaya es quien tiene: en sus balances un nivel más alto de crédito para este fin. Según la memoria de la entidad, el volumen de crédito concedido a empleados para adquirir acciones es de 6.2.000 millones de pesetas consolidados al 31 de diciembre, que podrían estar actualmente en 59.000 millones. De este total, un tercio está colocado entre empleados con lo cual las dotaciones deberán ser de unos 52.000 millones, según dijo un portavoz de la entidad. El BBV excede en recursos proplos los requisitos del coeficiente de garantía en 84.000 millones de pesetas, con lo que despues de absorber las dotaciones seguiría con un excedente de 32.000 millones de pesetas.
El Banco Santander tiene concedidos a empleados créditos por 2.415 millones de pesetas para adquisición de acciones, mientras que los concedidos a no empleados son de 600 millones de pesetas. La suma de los coeficientes del 35% y del 100% aplicados a estas operaciones da para el Santander unas dotaciones de 1.445 millones de pesetas. El banco, que excede en recursos propios el coeficiente de garantía, absorberá con esos excedentes las disposiciones de la nueva circular.
El Hispano, tranquilo
El presidente del Banco Hispano Americano ha afirmado recientemente que su entidad no tenía concedidos este tipo de créditos, afirmando que el control del consejo de la entidad sobre el capital social es del 25%. De este total, el 10% está en manos del Commerzbank AG, según la memoria de la entidad. Otro de los grandes accionistas del banco es Rafael del Pino, presidente de Ferrovial.
El Banco Popular apeló en 1988 a los "tiburones amigos", para reforzar el control que tiene el consejo sobre el capital del banco. Tradicionalmente la entidad defendió el esquema de una gestión profesional marginada del capital. La presión hostil. sobre la entidad llevó a un cambio de estrategia y en un sólo año el consejo del Popular pasó a controlar un tercio del capital, ampliándose en 18 miembros. Los dos accionistas más destacados son Casimiro Molins Ribot (5,1%) y Alexander Hoyos (5%).
Por su parte, el Banco Exterior de España no llegó a poner en práctica un esquema pensado para incentivar la adquisición de acciones entre clientes preferenciales. Esta operación parece calcada de la aplicada en el BBV, lo que no es sorpredentes se tiene en cuenta el origen del actual presidente de la entidad, Francisco Luzón. Un portavoz del Exterior señaló que esta entidad bancaria prácamente no tiene autocartera.
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