El toreo soñado
David Luguillano hizo ayer en Aranjuez esa faena rayana en la perfección que sueñan los diestros todas las noches. El novillero ya había demostrado en otras ocasiones que atesora el perfume del arte, aunque casi siempre lo dosificaba en breves pinceladas, Arte y sentimiento manaban ayer a borbotones de su inspiración y el toreo soñado se hizo realidad. Una feliz realidad que acariciaba los ojos de los asistentes y estremecía sus fibras sensibles.El éxtasis de Luguillano caló en las entendederas del alma de cada uno de los espectadores. Ocurrió en el cuarto novillo, con el que el espada cuajó excelentes y variadas suertes con el percal: delantales, verónicas, medias, revoleras y hasta inusuales rogerinas para llevarlo al caballo.
Navarro / Luguillano, Milla, Cuéllar
Novillos de Concha Navarro, desiguales de presentación, nobles. David Luguillano: vuelta. Dos orejas. Luis Milla: dos avisos y silencio. Palmas. Juan Cuéllar. dos orejas. Vuelta. Plaza de Aranjuez, 18 de marzo.
El deleite continuó con la pañosa, en la que supo prender el celo del animal para desgranar otro amplio repertorio: redondos y naturales, ora cargando la suerte, ora a pies juntos, ora desmayados, pases de pecho, desplantes, adornos y el asombro final de unos ayudados por bajo, rodilla en tierra, llenos de hondura y torería. La cruz de su actuación fue con el primero, en el que un excesivo pavoneo diluyó en fruslerías sus escasos instantes estéticos.
El sueño de Cuéllar, triunfar y cortar orejas, lo cumple casi siempre. A base de conocimientos, madurez y valor. Y lo hizo en el tercero, de preciosa y poco frecuente lámina. Era un berrendo albardado, botinero y rabicano al que Cuéllar aplicó con éxito su tauromaquia. Sus enormes deseos de éxito le hicieron atropellar la razón en el que cerró plaza y se lució menos.
Milla debe conformarse en sus sueños, por el momento, con verse anunciado con más frecuencia. Ayer sustituyó a Julio Aparicio, que se cayó del cartel a última hora, y sólo destacó su seguridad con los rehiletes. Torea poco y se le nota. Ojalá pueda ver cumplido también su sueño, pues pese a todo apuntó detalles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.