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Ed Koch rompe el tabú

El polémico alcalde de Nueva York rechaza en vísperas electorales el rumor sobre su homosexualidad

Francisco G. Basterra

"Ocurre que soy heterosexual, y no me importa lo que piense la gente", ha declarado el alcalde de Nueva York, Edward Koch uno de los políticos más pintorescos y polémicos de EE UU rompiendo abiertamente un tabú sexual en la campaña por la alcaldía de la mayor ciudad del país. Koch, que lleva 12 años al frente de la Gran Manzana, niega así el histórico rumor que le ha perseguido en su carrera política de que es homosexual.

Con la afirmación sobre su sexualidad, Koch (64 años) confía en acallar de una vez por todas, durante la dura campaña que se avecina, las historias sobre sus preferencias en materia de sexo. Es también el último caso de confesión pública de un político norteamericano respondiendo a la oleada inquisitorial sobre la moral privada de los cargos públicos y a la nueva exigencia de puritanismo.El caso Koch es diferente, y que ha sido reelegido alcalde de Nueva York -con 300.000 funcionarios a sus órdenes y un presupuesto anual de 20.000 millones de dólares (2,3 billones de pesetas)- tres veces sin que a los electores les importaran sus tendencias sexuales. La Gran Manzana es por excelencia la capital liberal de Estados Unidos, el imán de todos los vicios, según los conservadores, y en Manhattan, en el Greenwich Village, de donde procede el alcalde, se concentra, como en San Francisco, la mayor poblacion homosexual del país.

Por eso en esta ciudad, rompeolas del sexo, de la droga, del crimen, del racismo, con los hospitales desbordados por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), y creadora aún de las modas y tendencias sociales de más de medio mundo, la declaración de Koch no ha levantado demasiada polvareda. Se produjo en un programa de radio en el que el alcalde respondía a los neoyorquinos.

La principal novedad es que Koch, rompiendo su promesa de no discutir públicamente su sexualidad, lo hizo con la absoluta naturalidad y falta de pelos en la lengua que constituye su principal característica.

Se discutía un libro que acaba de publicar al alimón con -extraño compañero de cama editorial- el cardenal de Nueva York, John O'Connor. Estos dos pilares de la ciudad, judío y católico, respectivamente, expresan en la obra sus opiniones sobre múltiples temas políticos y sociales, incluida la homosexualidad y los derechos de los gays.

"Todo político, funcionario público o persona preeminente en los medios de comunicación o el cine que es soltero, varón o hembra, en algún momento de su vida será objeto de una calumnia alegando que es homosexual o lesbiana. Y esto es sobre todo verdad en la política, y me ha ocurrido a mí con las falsas acusaciones sobre mi homosexualidad", explicó.

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"Realmente", añadió a micrófono abierto, "no me importa lo que piense la gente. Creo que no no hay nada malo con la homosexualidad. Es lo que Dios te hizo. Ocurre que soy heterosexual, pero no me preocupa. Lo que me importa es proteger los derechos del 10% de nuestra población que es homosexual y que no tiene la capacidad de hacerlo. Y estoy muy orgulloso de lo que he conseguido en este canipo".

Koch, que anunció que será la última vez que habla del tema, da este paso cuando acaba de abrirse una dura campaña por la alcaldía de la capital del mundo de finales del siglo XX. Ha reconocido que lo tiene mas difícil que nunca y que por primera vez hay posibilidades de que pierda. Graves casos de corrupción han salpicado su Administración en los dos últimos años.

Un fuerte candidato de raza negra se enfrentará a Koch en las primarias del Partido Demócrata.

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