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El aumento generalizado de los precios eleva el dólar y genera incertidumbre en los mercados internacionales

Los precios mayoristas estadounidenses subieron el 1% en febrero, tras un alza idéntica en enero con una proyección anualizada del 12,6%, según anunció ayer en Washington la Secretaría de Trabajo. El impacto no se hizo esperar; el Dow Jones en su versión promedio de títulos industriales cayó a la apertura 42,67 puntos, al iniciarse la sesión a 2.298,04 puntos.Pero la atención se centraba ayer en el dólar, cuya alza obligó el jueves a una intervención concertada de los bancos centrales que se reanudó ayer. Desde la madrugada de ayer, al cierre del mercado Tokio, el dólar reflejó las expectativas de mayores tipos de interés en Estados Unidos ante la necesidad de contener la presión inflacionista.

El problema, sin embargo, no está centrado en una sola economía, como bien lo demuestra el caso español tras el anuncio, ayer, de la escalada de precios que viene registrándose en los últimos 12 meses.

Para frenar la escalada inflacionista internacional, el Grupo de los Siete -Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia- acordaron un alza sincronizada de tipos de interés en las primeras semanas de este año. España, intentando reducir el diferencial de inflación que le distancia de las siete, fue aún más allá en materia de tipos de interés, apostando a los incrementos sistemáticos fuera de nuestro país. Estrategia que no parece desmentida por los hechos.

Fuentes monetarias insisten en que el G-7 tiene un pacto de intervención concertada para deprimir al dólar -cuya escalada fuerza más tensión inflacionista en países importadores como la RFA- evitando apelar a nuevos incrementos en los tipos de interés que pueden acusar las orejas de la recesión y mostrar los dientes de una nueva crisis. Todo consistiría en aguantar el nuevo tirón del dólar a fuerza de intervenir en los mercados. Ayer la presencia de los bancos centrales fue intensa. Motivos sobran.

Francia anunció ayer una estimación de precios al consumo de febrero -son datos provisionales- del 0,3%. El incremento en Austria, tambien anunciado iyer fue en febrero del 0,5%. El Reino Unido aún no anunció la tasa de febrero, pero la tendencia hacia el lado inflacionista se agudizó en meses recientes con el agravante de una tendencia a la baja del producto interior bruto, que creció en 1988 un 3,8% frente al 4,4% de 1987.

La impenitente presencia de los excecentes de capital queda demostrado por la carrera de adquisiciones de medios de producción. Diversos economistas han señalado alarmados las revalorizaciones sin freno en los traspasos, como un indicador grave de que hay más capital que medios de producción y que esto está inflando los índices de precios. Todo parece indicar que hay más capital que posibilidades de inversión.

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