Memoria y precisión

Señor editorialista (editorial del 8-3-1989), estoy prácticamente de acuerdo con casi todo lo que dice y supongo bien que tiene usted un conocimiento más que superficial sobre "la causa de las mujeres", ya que menciona los cahiers de doléances femeninos durante la Revolución Francesa; pero supongo mal, ya que cuando usted se refiere frívolamente a "las distintas corrientes feministas surgidas a finales de los sesenta, que incluían sectores elitistas cuyas formulaciones poco tenían que ver con las preocupaciones de la mayoría de las mujeres", aquí yerra usted fatalmente con una, supongo, ignorancia muy común e imperdonable.Las corrientes feministas a las que usted alude, y concretamente las que se dieron en el Estado español en los años setenta, se planteaban como objeto de análisis el valor del trabajo doméstico, campañas contra la violación, amén de la igualdad y la incorporación de la mujer al trabajo exterior y en la economía monetaria..., cosas todas ellas que mucho tienen que ver con la mayoría de las mujeres.

Estamos en la onda de lo ligth, de los olvidos selectivos, y ahora se trata de movilizar a la mujer, ligeramente, en torno de la "reivindicación igualitaria" por lo que puede tener de funcional, de operativo o de adhesión para este país que se moderniza. Pero no olvide, ahora en idioma feminista strong, que esa igualdad de derechos y oportunidades nunca podrá darse totalmente dentro de un patriarcado cuyo poder institucional se manifiesta en esos jueces, y el fáctico, en esos violadores.

Entiéndalo si quiere: la memoria sirve para mantener las fechas, pero indudablemente para recordar con precisión los hechos que las hicieron memorables.-