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Felipe de Borbón

no pudo por menos que ruborizarse y sonreír cuando un grupo de mujeres, en su mayoría de mediana edad, de la localidad vallisoletana de Simancas le recibió con gritos de "estás como un tren", cuando llegó al pueblo para visitar el Archivo Histórico junto a compañeros de curso, profesores y el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente. Una de ellas consiguió, pese a la oposición de los escoltas, abrazarle y darle un beso tras decirle: "Dame un beso, hijo, que eres muy guapo". El Príncipe de Asturias respondió con humor a las peticiones de los chiquillos que le pedían autógrafos. "No, no, si yo no soy ningún cantante famoso".

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