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Un joven político que reivindica la 'nación alemana" protagoniza los comicios parciales austriacos

El superdomingo, día de elecciones en tres provincias austriacas, enfrenta a los dos partidos de la coalición gubernamental, socialdemócratas y conservadores del Partido Popular (OVP), con serios temores de ser desplazados por el joven político Jórg Haider, un demagogo de derechas que niega cualquier vínculo con ideologías nacionalistas alemanas o con el fascismo y al mismo tiempo dice que no cree en la "nación austriaca" e identifica a sus conciudadanos como parte de la nación alemana.En los comicios que decidirán sobre Parlamentos y gobernadores provinciales en Carintia, Salzburgo y Tirol se han confirmado los miedos del Gobierno en Viena y, según los resultados de sondeos de opinión pública, Haider, que atrae especialmente votos femeninos y de jóvenes, será el gran ganador. El político, de 39 años y jefe del Partido Liberal, podría llegar a ser el gobernador de Carintia, provincia en la que se presenta como candidato, si logra quebrar la mayoría tradicional de la socialdemocracia. En Tirol y Salzburgo se prevé que siga el Gobierno de los conservadores del OVP.

La gran incógnita de estas elecciones que ha puesto en tensión a todo el Gobierno austriaco -coalición de socialdemócratas con el OVP- es si Alois Mock, vicecanciller, ministro de Relaciones Exteriores y jefe del Partido Popular, va a autorizar a su partido en Carintia que se una al de Haider. Esta unión significaría la quiebra definitiva de la ya debilitada coalición gubernamental.

La meta de Haider y los liberales -conglomerado político que probablemente será expulsado de la Internacional del mismo nombre por tener justamente tendencias contrarias a las liberales- es mostrarse como la nueva alternativa a estos partidos "viejos y corruptos", como dice refiriéndose a la intensa cadena de escándalos que ha afectado a ambos partidos. Sin embargo, Haider, que se presentaba al público como el señor limpio, también ha sido acusado de supuesta evasión de impuestos.

Los escándalos que han estigmatizado como una república de opereta a Austria se han sucedido durante los últimos años entre los populares, y con mayor intensidad en el último semestre en la socialdemocracia, de la que tuvieron que renunciar altos funcionarios por evasión de impuestos, entre ellos su secretario general.

El escándalo Noricum, nombre de una fábrica de armas filial de la empresa estatal de acero, amenaza con llevar a varios de los gerentes a la cárcel por venta ¡legal de armas a Irán realizada con intención de sanear las finanzas de la empresa.

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