Golpe de Alfonsín a a las pretensiones miliitares

El presidente Raúl Alfonsín resolvió con dos decretos a favor del poder civil la disputa que el Gobierno argentino mantenía con las fuerzas armadas. Por un lado, creó el Comité de Segurídad Interior para coordinar las acciones de las fuerzas de seguridad, y por otro, dispugo que las tareas de espionaje se subordinen al control de la Central Nacional de Inteligencia. Los militares no podrán emprender acciones legales por su cuenta dentro de lo que ellos llaman la "lucha antisubvel siva". El nuevo comité será dirigido por el presidente, quien sólo puede ser reemplazado por el ministro del Interioren caso de ausencia.También la nueva Central Nacional de Inteligencia será controlada por un secretario de Estado y a ella se deben integrar los servicios de todas las fuerzas de seguridad. Los jefes de Estado Mayor tampoco logri ron que se considere a los guerrilleros detenidos durante el ataque a La Tablada, el pasado 23 de enero, como "presos de guerra" para juzgarlos por tribunales militares.

El pulso entre el Gobierno y las fuerzas armadas se hizo aún más tenso cuando los detenidos denunciaron ante el juez civil Gerardo Larrambebere malos tratos y torturas luego de la rendición, además de confirmar que por lo menos dos fueron fusilados. El juez ordenó investigar las denuncias, pero hasta ahora no tiene más pruebas que los testimonios de los sobrevivientes.