Tomás y Valiente y Francisco Rubio serán elegidos hoy para dirigir el Constitucional

Francisco Tomás y Valiente será reelegido hoy como presidente del Tribunal Constitucional, y Francisco Rubio Llorente será elegido vicepresidente del mismo, tras la renovación parcial del pasado mes. Asimismo, esta semana está previsto que el Parlamento cubra las tres vacantes existentes en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Tras la resistencia de los diputados socialistas a votar a Roberto García Calvo, magistrado ultraconservador propuesto por el Partido Popular (PP), será el Senado quien lo designe, mientras el Congreso votará los candidatos propuestos por el PSOE: Teófilo Ortega Torres y Gonzalo Quintero Olivares.

Tomás y Valiente y Rubio Llorente, los únicos magistrados fundadores del alto tribunal que continúan en el mismo, iniciarán hoy su última etapa en el organismo, en el que les corresponde cesar como magistrados en octubre de 1992. Según fuentes próximas al tribunal, "sólo una sorpresa poco probable" cambiaría de signo la elección en votación secreta, fijada para hoy, de ambos cargos. Entre los 12 magistrados actuales existe consenso sobre los dos candidatos, y según las fuentes informantes, es muy probable que ambas elecciones, que exigen mayoría absoluta en primera votación, sean por unanimidad.El reciente relevo de la vicepresidenta, Gloria Begué, y de los magistrados Luis Díez-Picazo y Ángel Latorre por los catedráticos Álvaro Rodríguez Bereijo, José Luis de los Mozos y Vicente Gimeno Sendra ha sido valorado en medios jurídicos como continuista, dado que el consenso político alcanzado entre la UCD y el PSOE en 1980 se mantiene con ligeras variantes. Si Begué y Díez-Picazo fueron los candidatos de la UCD, entonces gobernante, y Latorre fue propuesto por el PSOE, dos de los que ahora les suceden -Rodríguez Bereijo y Gimeno Sendra- han sido avalados por el partido actualmente en el poder, y De los Mozos ha sido propuesto por el PP, principal fuerza de la oposición en 1989, ausente del consenso de 1980.

La renovación ha estado orientada preferentemente a cubrir, desde una perspectiva técnico-jurídica, las necesidades del tribunal. El flanco más débil dejado por la ausencia de una hacendista como Begué en un momento de efervescencia de temas fiscales ha sido salvado con la elección de Rodríguez Bereijo, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Autónoma de Madrid.

Asimismo, los problemas de adaptación a la Constitución del viejo procedimiento judicial tienen en Gimeno Sendra, catedrático de Derecho Procesal de la Autónoma de Madrid, uno de sus más destacados expertos en la materia, echados en falta en el alto tribunal en algunas sentencias. Las necesidades del actual momento de interpretación de la Constitución han aconsejado, según los observadores, que a un experto en derecho romano como Latorre le suceda un procesalista. De los Mozos, catedrático de Derecho Civil, cubre, por su parte, la ausencia del civilista Díez-Picazo.

En cuanto a las dos piezas claves del alto tribunal y presidentes respectivos de sus salas primera y segunda, tanto Tomás y Valiente como Rubio Llorente proceden de la inicial negociación Política UCD-PSOE,sobre los 12 primeros magistrados. Rubio Llorente, constitucionalista que ha creado escuela, fue testigo de excepción, desde su puesto de letrado de las Cortes adscrito a la Comisión Constitucional del Congreso, de la elaboración de la Carta Magna. Tomás y Valiente, catedrático de Historia del Derecho, ha impulsado la eficacia del Tribunal Constitucional durante sus tres primeros años como presidente.

El Senado 'traga'

La otra elección de altos cargos jurídicos será la de los tres nuevos vocales del CGPJ que cubrirán las vacantes dejadas por el fallecimiento de Ignacio de Otto y la jubilación de Antonio Albasanz y Julián Serrano Puértolas. Aunque este último, propuesto por el PSOE, fue elegido por el Senado, será esta Cámara la encargada de designar a García Calvo, patrocinado por el PP, que, a pesar de las dos sucesivas votaciones frustradas, ha hecho de esta candidatura cuestión fundamental. Dada la resistencia de los diputados socialistas a elegir a "un fascista químicamente puro", como calificaron a García Calvo medios laboralistas que le conocen bien por su condición de magistrado de Trabajo, la elección se ha trasladado al Senado, ante lo que un senador socialista declaró a EL PAÍS: "Aquí tragamos de todo".

Roberto García Calvo fue nombrado gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Almería en abril de 1976 por el Gobierno de Carlos Arias Navarro, y destituido en febrero de 1977 por el Gobierno de Adolfo Suárez. Considerado en medios jurídicos persona intolerante y de ideología ultraderechista cuya elección, según fuentes del CGPJ, "perturbaría el pluralismo democrático del consejo", García Calvo ha señalado, sin embargo, a este periódico: "Nunca he estado, ni estoy, identificado con una ideología ultra". Asimismo negó haber pronunciado la frase que le atribuyeron portavoces de AP: "Constituiría un honor ser rechazado por los socialistas".

Junto a la elección por el Pleno del Senado de García Calvo como vocal del CGPJ está prevista la del diputado socialista Ciriaco de Vicente como miembro del Tribunal de Cuentas, en sustitución de Rodríguez Bereijo.

La elección por el Congreso de los Diputados del actual magistrado del Tribunal Supremo Teófilo Ortega Torres y del catedrático de Derecho Penal de Barcelona Gonzalo Quintero Olivares, ambos de tendencia progresista, para cubrir las otras dos vacantes del CGPJ, no ofrece problemas, como no los suscitó la designación del candidato conservador De los Mozos como magistrado del Constitucional.