'Metro' y autobús costarán 75 pesetas en 1992 según el plan enviado a González

El precio del billete sencillo del metro y el autobús alcanzará en 1992 las 75 pesetas, 10 más que ahora, en tanto el bono de 10 viajes subirá de 410 pesetas a 500 pesetas y los abonos de transporte mantendrán sus actuales precios. Estas son las previsiones del Consorcio Regional de Transportes entregadas a Felipe González, presidente de Gobierno, junto al plan de transporte y tráfico. Para 1992 estará implantado el sistema zonal, por lo que desplazarse de una corona a otra costará igual en cualquier transporte.

Tras la subida que entró en vigor el pasado día 1, el Consorcio Regional de Transportes hizo público el viernes el documento por el que deberán ser reguladas las tarifas en los próximos tres años. Eduardo Mangada, presidente del Consorcio y consejero regional de Política Territorial, ya indicó en el acto de presentación del documento que aunque fuera duro hablar de incremento de tarifas las administraciones local y regional habían incluido en el plan ciertos compromisos en correspondencia con la ayuda económica solicitada al Gobierno. En este sentido, uno de los anexos al informe sobre transportes y tráfico fija el marco tarifario que deberá mantenerse hasta 1992.Los responsables municipales y autonómicos estiman que los usuarios deben cubrir con el pago de las tarifas el 60% de los costes de explotación de Metro y autobuses, en tanto el resto debe ser subvencionado por la Administración.

En la actualidad los usuarios pagan con sus tarifas el 54.7% de los costes de explotación del Metro y el 81.5% de los costes de la EMT. Si se cuentan conjuntamente ambos transportes, este año se ingresarán por tarifas 32.936 millones de pesetas frente a unos costes de 50.998 millones, con lo que los usuarios cubrirán directamente el 64.5%.

En teoría y si la infraestructura de Metro y EMT no variara, las tarifas de estos transportes deberían ser reducidas para situarse en el citado 60% de cobertura. Sin embargo, las fuertes inversiones previstas para potenciar el transporte público -compra de nuevos autobuses y trenes y ampliación de la red de Metro y de cercanías ferroviarias, entre otras- harán crecer los costes de explotación desde 18.500 millones a los 28.800 millones de pesetas. Esta cantidad se incrementará en otros 2.000 millones de pesetas si en 1990 se amplía de 18 a 21 años la edad de disfrute del abono de transportes para jóvenes.

El Consorcio, para hacer frente a este incremento de costes, ha previsto una subida de tarifas equivalente al 3%. durante los tres próximos años. El incremento afectará a los billetes sencillos y a los de diez viajes pues los precios de los abonos, sean éstos normales, de jóvenes o de tercera edad mantendrán su precio hasta 1992, con objeto de potenciar su compra al considerarse su utilización "prioritaria" para la política del transporte.

División por coronas

Esta subida irá unida en los próximos tres años a un cambio de la filosofía tarifaria. Según los planes del Consorcio, en el Área Metropolitana se dejará de cobrar por kilómetros recorridos para hacerlo por coronas atravesadas, sin que importe el medio de transporte utilizado. Para ello se utilizará la división de Madrid en seis coronas (círculos concéntricos), adoptada cuando fue creado el abono de transportes.

Ello obligará, según el proyecto entregado a Felipe González, a homogeneizar todos los títulos de transporte que quedarán reducidos a billetes sencillos, billetes para 10 viajes y abonos de transportes que pueden ser mensuales (normales, para menores de 18 años y mayores de 65 años), anuales y turísticos.

Todos estos títulos, valederos para Renfe de cercanías, Metro, Empresa Municipal de Transportes y empresas de autobuses interurbanos, tendrán, a su vez, distintos precios según el número de coronas que tengan que sean recorridas.

De esta forma un usuario que tenga que trasladarse, por ejemplo, de Madrid a Leganés y quiera utilizar un billete de diez viajes tendrá que adquirir uno que valga para dos zonas, por encontrarse Leganés en la segunda corona. Una vez adquirido, el billete le valdrá lo mismo para el tren de cercanías o el autobús interurbano que realice este itinerario.

En el caso de que se trate de un desplazamiento dentro de la corona central, que abarca el casco de la capital, y se quiera utilizar un billete sencillo, el usuario tendrá que comprar el correspondiente a la corona A (75 pesetas) con el que podrá viajar tanto en un tren, como en el metro o el autobús.

Para lograr este objetivo será imprescindible que todos los sistemas de transporte cuenten con el mismo sistema mecánico de cancelación de billetes. En la actualidad, según el informe del Consorcio, existen dos: el que utilizan Metro y en breve instalará Renfe de cercanías, basado en el empleo de billetes magnéticos; y el que se emplea en los autobuses.

Los técnicos del Consorcio se han decantado ya por el sistema de los billetes magnéticos al consideralo más versátil y de mayor capacidad, por lo que proximamente comenzarán a realizarse pruebas en algunos autobuses, previas a su implantación en toda la red.