Mortandad de conejos

La última epidemia que ha sacudido las estructuras de la sanidad animal española ha sido una neumonía hemorrágico-vírica, que está afectando a millones de conejos de granja -donde hay una mortalidad superior al 80%- y silvestres en gran parte del país. Las primeras noticias de la enfermedad se conocieron en Asturias, en marzo de 1988, pero la epidemia se ha extendido ya al menos por 22 provincias españolas. Según los expertos, el virus procede de China, aunque también se cree que pudo surgir en la República Federal de Alemania.Lo cierto es que la enfermedad ha afectado también a los conejos en Francia, República Federal de Alemania, gran parte de los países del Este de Europa e Italia, donde se denomina a la enfermedad hepatitis necrótica infectiva o enfermedad X del conejo. No se conoce con exactitud cuál es el vector de esta nueva peste, que parece propagarse por el aire o por secreciones. Los expertos coinciden en que el virus, que no afecta a los humanos que puedan ingerir carne de conejo enfermo, no tiene relación directa con el virus de la mixomatosis. Este virus ha diezmado durante años las cabañas de conejos y liebres en toda Europa.Las autoridades españolas han puesto en experimentación, durante tres meses, una vacuna creada en los laboratorios Ovejero, de León; y se han repartido al menos 50.000 dosis de la misma por las comunidades autónomas.El Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) ha iniciado un muestreo estadístico entre conejos silvestres y liebres, en colaboración con las autonomías, para conocer la extensión y la evolución de la epidemia.

La Federación Española de Caza, preocupada por esta situación, ha pedido a sus afiliados, entre otras medidas, que suspendan la caza del gazapo. También el Gobierno de La Rioja ha prohibido la captura de conejos silvestres.-

"El mayor problema que puede suponer para nosotros la muerte de los conejos silvestres", comenta Santiago Marraco, director del ICONA, "es que estos animales son fundamentales en la alimentación de especies protegidas, como el lince ibérico o las águilas. En la vida silvestre habrá que determinar una serie de muestreos para ver la evolución de la enfermedad".