La rotura del fuselaje de un Boeing 747 lanza al exterior al menos a 9 pasajeros

Una extensa rotura del fuselaje de un Boeing 747 de la compañía norteamericana United Airlines lanzó ayer al exterior, en pleno vuelo, al menos a nueve pasajeros, cuyos cuerpos no habían sido localizados anoche. Los infortunados pasajeros fueron aspirados por la fuerte diferencia de presión y salieron expulsados desde una altura de 6.000 metros sobre el océano Pacífico. El aparato, de 19 años de vida, realizó poco después un aterrizaje de emergencia en Honolulú (Hawai). El jumbo, con 354 personas a bordo, realizaba el trayecto entre San Francisco y Auckland (Nueva Zelanda), con escala en Honolulú.

La magnitud de la tragedia que afectó al jumbo sólo pudo conocerse horas después de ocurrida, cuando las autoridades de la aerolínea comprobaron el pasaje y vieron que faltaban nueve pasajeros, según un portavoz de la compañía. Antes la propia empresa había hablado de 16 desaparecidos.El boquete, de 3,3 por 13,3 metros, apareció de pronto a la altura de la puerta delantera derecha en lo que inicialmente se pensó que era una explosión. Otras 12 personas fueron asistidas de heridas leves después de que el avión aterrizara sin mayores percances.

Lawrence Nagin, vicepresidente de la companía para asuntos exteriores, decliné pronunciarse sobre la causa probable del fallo, pero dijo que el aparato había sido bien cuidado y pasó su última revisión hace 88 días.

"No hay razón para creer que una bomba fue la causa de la explosión", señalo Barbara Abels, de la Administración Federal de la Aviación (FAA) estadounidense, poco después del suceso. Un experto del FBI (policía federal estadounidense) que examinó el avión declaró, sin embargo, que nos apreciaba la fragmentación típica de una bomba o una explosión.

"Fue como un gran "bang"

El boquete se produjo en la zona de la bodega del aparato, confirmó Drucela Andersen, de la Oficina Nacional de Seguridad del Transporte, en Washington. El vuelo 811 despegó de Honululú con 336 pasajeros y 18 miembros de la tripulación y a los nueve minutos el piloto advirtió que tenía problemas en los motores derechos del jumbo. Ocho minutos más tarde (a los 17 de iniciado el vuelo) notó que el motor número 4 perdía potencia.

"Fue como un gran bang, como cuando uno hace estallare una bolsa de papel. Cuatro filas de asientos fueron aspiradas", señaló uno de los pasajeros. Otras personas que iban en el aparato hablaron de un "silbido" o de un "desgarramiento" del avión.

El Boeing accidentado prestaba servicio desde 1970 y tenía 58.000 horas de vuelo, lo que "no es excesivo", según declaró un portavoz de Boeing. "Algunos Boeing en servicio han realizado 79.000 horas de vuelo", agregó. En 1988 un Boeing 737 de la compañía Aloha Airways, que efectuaba un vuelo entre las islas de Hawaii, perdió una parte de su fuselaje en vuelo. Una azafata fue aspirada hacia el vacío.

Por otra parte, siete muertos y un solo superviviente es el resultado del accidente de un aparato bimotor estadounidense, ocurrido en la madrugada de ayer en el aeropuerto de Helsinki. El siniestro, que es el peor registrado en los últimos 10 años en Finlandia, se produjo cuando el aparato chocó contra los cables de luces de la pista.