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MODA

Los trajes de faralaes cierran la Pasarela Cibeles

En la jornada de clausura de la Pasarela Cibeles fueron siete los diseñadores que tuvieron oportunidad de mostrar sus colecciones de otoño-invierno de 1989-1990, incluida la intemporal muestra del onubense Pepe Jiménez con sus trajes de faralaes. La mañana estuvo dedicada a desfiles protagonizados por jóvenes diseñadores que por primera vez presentaban sus creaciones en Madrid.

El tándem de Luz Díaz y Josep Font, afincados en Barcelona, demostró su técnica de convertir líneas puras y simples en volúmenes suaves y caídos para trajes de chaqueta, pichis, monos, camisas brocadas y abrigos con juegos de proporciones a base de drapeados asimétricos en tonalidades indefinidas de verdes, marrones y otras más claras, empleando lanas, sedas rústicas, gabardinas, panas y viscosas.La murciana María Iniesta, mostró líneas clásicas, sobrias y con pequeños detalles como drapeados, sobreposiciones, mangas sin costuras, faldas pantalones, pantalones tipo pijama y variaciones sobre chaquetas convertidas en capas, suéteres y coordinados, utilizando cachemira, lanas y sedas, cuadros príncipe de Gales y patas de gallo.

La alegría llegó de la mano del onubense Pepe Jiménez, con su original colección de faralaes Olé camino, inspirada en prendas de la primera mitad de siglo realizadas en algodones y linos de tonos beiges, mostazas y burdeos, ataviados de volantes con jarretas y plisados.

Luis Devota y Modesto Lomba, los jóvenes ganadores del Premio Balenciaga en la categoría novel, desarrollaron su estilo depurado en líneas y cortes simples con un colorido a base de sombras de colores marrones, grises, azules, verdosos y negro, con excepción de una concesión al color rojo vivo para un traje pantalón.

Gaspar Esteva presentó amplios monos para reuniones informales, abrigos envolventes y chaquetones para la ciudad, en alpacas, lanas y ante.

Nacho Ruiz mostró su habilidad para fundir mujeres en trajes de chaqueta de cortes ceñidos con solapas anchas, faldas tubo a juego con grandes abrigos redingotes largos con martingalas en la espalda en tonos otoñales.

Los sevillanos Victorio & Lucchino mostraron prendas muy ricas en tejidos que conjugan diferentes texturas que contrastan como cachemira, lanas y gabardinas, con crepés Georgette y sedas mezclando tonalidades de marrones, musgos y teja con azules suaves y rosas pastel para aires nostálgicos de los años veinte y treinta a veces con pequeños toques orientales.

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