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La Constitución húngara no recogerá el papel dirigente del partido comunista

El Partido Comunista Húngaro (POSH) renunció ayer a establecer en la nueva Constitución de Hungría su papel dirigente en la sociedad y el Estado. Los 108 miembros del comité central aceptaron por unanimidad que la ley fundamental no institucionalizará la hegemonía comunista.

El pleno del comité central concluyó ayer en Budapest su segunda reunión en 10 días en la que estudió el borrador de la nueva Constitución, que sustituirá a la de 1949, de corte estalinista. El nuevo texto garantizará la instauración de un régimen multipartidista y declarará a Hungría "Estado libre, democrático y socialista", según el borrador del partido, que deberá discutir aún el Parlamento y ser aprobado en referéndum. Éste es el procedimiento propuesto por las autoridades, pero diversos grupos de la oposición se han manifestado contrarios al mismo y reclaman elecciones a una Asamblea constituyente.

El secretario del Comité Central, Gyorgy Fejti, manifestó que la nueva Constitución establecerá garantías en contra de los grupos que "no acepten el sistema socialista", y dijo que el partido sigue aspirando al papel dirigente, pero no a través de disposiciones legales, sino por su influencia real en la sociedad.

Fejti defendió la posición del partido frente a aquellos que rechazan la inclusión del término socialismo en la Constitución argumentando que nada dice sobre la forma política y que no es competencia de la ley máxima establecer la relación de los medios de producción. Fejti señaló que la propiedad individual y la estatal tendrán en Hungría los mismos derechos, si bien en la sociedad y en la economía dominará principalmente la propiedad estatal.

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