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Los cantantes del Festival de San Remo se enfrentan a Silvio Berlusconi

El magnate de la televisión, acusado de no pagar derechos de autor

Juan Arias

Se inauguró anoche el 392 Festival de San Remo como siempre: bajo el signo de pasiones encontradas. Cada año, sobre San Remo se vuelcan toneladas de críticas. Pero cuanto más criticado, San Remo resucita con mayor fuerza. Este año, además de enfrentados a la RAI-TV del Estado, los participantes en el festival se han opuesto a las televisiones privadas de Silvio Berlusconi, acusándole de no pagar derechos de autor

La polémica está ya en manos de los magistrados. El rey de los canales privados de televisión ha amenazado a los cantantes, anunciándoles una denuncia judicial si se les ocurriera aprovecharse de un escaparate de 20 millones de espectadores para criticarle.

En realidad, la amenaza le había llegado a Berlusconi por parte de algunos cantantes que actúan en sus televisiones, a las que la Sociedad Italiana de Autores y Editores (SIAE) ha acusado de no pagar todo lo que le corresponde por los derechos de autor. Berlusconi, con un comunicado oficial, ha afirmado que está dispuesto a denunciar por "difamación agravada" y a pedir resarcimiento de todos los daños morales y materiales que puedan acarrearle aquellos participantes en el festival que usen la RAI para lanzar al público sus protestas contra él.

Explicaciones

Según los propietarios del grupo televisivo de Berlusconi Finnivest, ellos pagan a totateja, por ejemplo en Francia, todo lo que les pide la ley y explican que si no lo hacen igual en Italia es porque aquí aún no existe una legislación clara y definitiva sobre el tema. El año pasado, Berlusconi pagó a la SIAE 1.300 millones de pesetas de derechos de autor, pero la SIAE mantiene que debería haber pagado "cinco veces más". A su vez, la RAI ha pagado 9.000 millones, pero Berlusconi debe haber pagado aún poco, teniendo en cuenta que, además de los tres canales de televisión, la RAI posee también otras tantas de radio.

Pero toda la polémica de nada sirve para enfriar al público. Al revés, lo enciende aún más. Y así este año, cuando se decía que había que acabar con San Remo, se va a tratar, al revés, del festival más largo de la historia: durará cinco noches, en vez de las tres de los años pasados. Cinco noches tras las que 20 millones de italianos se levantarán con más sueño del habitual pero felices y contentos.

En realidad, San Remo sigue siendo en el bien y en el mal un reflejo especular de la Italia de ayer y de hoy porque la espectacularidad sigue fascinando a los italianos y la cantoneta es parte de su identidad, como los espaguetis. Y además este año existe una novedad: participan como cantantes la mayoría de las estrellas televisivas, personajes conocidos y amados por el gran público, que les ha visto actuar en los grandes programas de variedades.

¿Y si no saben cantar? No importa, lo que exalta a los italianos es verlos allí, a ellas y a ellos, vestidos por las grandes firmas del diseño, con las lágrimas en los ojos esperando el milagro del premio.

Para que se vea más claro que San Remo es eterno y que Italia en vísperas del 2000 no rompe con sus raíces del San Remo de siempre, ayer empezó la primera jornada con las notas de Piove, piove, sul nostro amore, de Domenico Modugno, vencedor de cuatro festivales. Un llueve, llueve, que además podría hasta atraer buena suerte en un país donde todos, empezando por Juan Pablo II, están rezando fervorosamente invocando que caiga un poco de lluvia. Por lo pronto, millones de espectadores lloraron anoche junto con Domenico Modugno, que estaba allí, en su silla de ruedas, pero emocionado como un niño.

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