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El partido comunista húngaro debate la reforma constitucional

El comité central del partido comunista de Hungría (POSH) comenzó ayer un nuevo pleno de dos días para debatir la reforma constitucional, 10 días después de la reunión en la que decidió la reinstauración de un régimen multipartidista. La nueva Constitución, que pone fin a 40 años de monopartidismo comunista, será con toda seguridad objeto de duros debates en el partido y en la sociedad.

En el partido se buscan ahora mecanismos legales para evitar que: su decisión, por necesidad perentoria, de compartir el poder equivalga a perderlo a medio plazo. Coincidiendo con el comienzo de la reunión, 16 partidos y organizaciones independientes de oposición convocaron ayer a manifestaciones el 15 de marzo, aniversario del levantamiento de 1848, en favor de la democracia. Los convocantes rechazaron una invitación a participar ese día en una ceremonia oficial con "personas que olvidaron durante décadas este gran día para Hungría", y declararon "con sumisión" día de fiesta el 7 de octubre, (conmemoración de la revolución bolchevique).La dirección de partido estudia. numerosas propuestas para el borrador de la nueva Constitución, que sustituirá a la de 1949, impuesta en pleno estalinismo y aún vigente. Se esperan controversias sobre la necesidad de definir como socialista la forma de Estado y sobre los límites que se impondrán a los partidos para la participación en la vida política.

Las propuestas van desde la decidida implantación del pluripartidismo y la sustitución de la estrella roja del escudo oficial por la corona de San Esteban hasta otras de claro signo conse rvador como "reconocer los logros de los últimos 40 años, garantizar la continuidad y anclar el orden socialista del Estado" y su forma como República popular.

Preside Kadar

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El comité central, de 108 miembros, se reunió sorprendentemente bajo la dirección de su presidente honorario, Janos Kadar, ausente del pasado pleno. Kadar ha sido operado de una mano y tiene un serio problema pulmonar.

Tras acordar el pleno el borrador de la Constitución, ésta pasará al Parlamento y, en su forma definitiva, será sometida a referéndum, según los planes del partido, a principios de 1990. No se excluye la creación de una segunda Cámara en el Parlamento.

No obstante, nadie sabe en Hungría si este programa será cumplido, dada la rapidez con que se suceden los acontecimientos políticos en el país.

La oposición pide la convocatoria de una mesa redonda y elecciones a una asamblea constituyente previas a la Constitución, ya que niegan capacidad al actual Parlamento para redactar la Constitución democrática y pluralista.

El secretario del comité central, Gyorgy Fejti, intentó ayer tranquilizar a la base del partido asegurando que las nuevas leyes no suponen "un peligro de silenciosa mstauración burguesa en Hungría". Este mismo dirigente recomendó al pleno calificar a Hungría en la nueva constitución como "Estado libre, democrático y socialista".

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