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El 'comité Delors' renuncia a crear un banco central europeo en su propuesta sobre unión monetaria

El llamado comité Delors, creado en septiembre pasado para elaborar una propuesta sobre unión monetaria europea, presentará en abril su informe ante el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Comunidad Europea (Ecofin). Las conclusiones de ese documento, que ya está prácticamente ultimado, suponen la renuncia expresa a crear un banco central europeo a corto plazo, el reforzamiento de la coordinación monetaria y la propuesta de modificación de algunos aspectos de la legislación comunitaria, que afectan al propio Tratado de Roma.

Seis meses después de que el comité de sabios encargado de desarrollar una propuesta sobre unión económica y monetaria en la CE iniciara sus trabajos, sus 17 miembros han conseguido superar las dificultades iniciales y esbozar una solución de compromiso que permita avanzar en el tema.Esté comité se reunió por primera vez en Basilea el pasado mes de septiembre, bajo la dirección del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. Forman parte de él los gobernadores de los bancos centrales de los 12 países miembros de la Comunidad, más cuatro expertos que participan a título personal. Estos son el español Miguel Boyer, el holandés Frans Andriessen, el danés Niels Tygessen y el belga Alexander Lanifalussy, que participa como director del Banco Internacional de Pagos de Basilea.

Tras la última reunión, celebrada el 14 de febrero -el segundo martes de mes, como viene siendo habitual-, algunos de los miembros del grupo de trabajo rompieron su silencio para informar de los primeros logros obtenidos en estos meses. Era la confirmación de que se había conseguido salvar algunos escollos, aunque de las primeras conclusiones se deduce que persisten los problemas de fondo y que se ha llegado a una solución de compromiso.

Este consenso limitado permite, sin embargo, cumplir el calendario previsto, según el cual, el comité Delors debería entregar su informe a los ministros de Economía y Finanzas comunitarios para que lo discutan en el Ecofin informal de abril, que se celebra en S'Agaró (Gerona). Tras su discusión en ese Consejo de Ministros será estudiado por el Consejo Europeo que reunirá en Madrid a los 12 presidentes de Gobierno de la CE en el mes de junio.

Las características de estas primeras conclusiones no auguran, sin embargo, una decisión rápida al respecto. Todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en señalar que el siguiente paso exige decisiones políticas de envergadura en todos los países comunitarios y que es muy probable que el tema quede pendiente para el último semestre del año, bajo presidencia francesa. El Gobierno español no podrá, pues, cumplir su objetivo de abrir el camino hacia la unión monetaria europea.

Acuerdos

Los acuerdos conseguidos por el momento se refieren a la necesidad de introducir reformas en la legislación comunitaria -en el propio Tratado de Roma- y de fortalecer la coordinación monetaria de los doce, mientras que se renuncia a crear un banco central europeo a corto plazo.

El reforzamiento del Sistema Monetario Europeo y de la coordinación monetaria se llevará a cabo, según lo acordado hasta ahora, mediante un nuevo mecanismo de coordinación, por el cual, a la hora de tomar ciertas decisiones -como, por ejemplo, una modificación de los tipos de interés-, el banco central de un Estado tendría que consultar con los demás. En caso de desacuerdo en alguno de los aspectos esenciales de coordinación monetaria, las decisiones conflictivas podrían ser sometidas a votación en el seno de la CE, siguiendo el sistema de mayoría cualificada vigente en el Consejo de Ministros de la Comunidad.

De cualquier forma, la verdadera revolución que plantean los sabios del grupo de trabajo es la modificación del Tratado de Roma en algunos aspectos relativos a la soberanía de los Estados miembros de la CE. A este respecto, el propio presidente Delors declaraba en una reciente intervención ante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo que era partidario de un "sistema europeo de bancos centrales". "Pienso en una estructura federal", dijo, .es decir, en un banco central con bancos centrales nacionales. Pero tedo esto conlleva una nueva conferencia internacional encargada de completar el Tratado de Roma".

Jacques Delors explicaba también que "tenemos buenas razones para pensar, gracias a la experiencia adquirida, que la evolución progresiva hacia la unión monetaria sería más fácil con la creación de un marco institucional adecuado. Para ello será necesario que, como en 1985, se convoque una nueva conferncia intergubernamental". La conferencia de hace cuatro años dio lugar al Acta Única, primera modificación del Tratado de Roma.

Un paso adelante

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, declaraba en una reciente reunión informativa con corresponsales acreditados en Bruselas -excluidos los españoles- que, "en las actuales condiciones, me parece difícil que logremos un acuerdo sobre un banco central europeo en los próximos cinco años. Deseamos elaborar una postura consensuada para presentar el informe del comité Delors, pero si no damos un paso claro hacia la unión monetaria europea existirá el peligro de que todo el proyecto no salga adelante".

Mariano Rubio explicaba que se trata de buscar una coordinación "que sea algo más que un mero intercambio de información entre bancos centrales. Coordinación significa que un país elabora su política monetaria teniendo en cuenta la opinión de los demás Estados miembros". Al llegar a esta situación, Mariano Rubio insistía en que estos pasos suponen una cierta pérdida de soberanía nacional, y que "si no se produce una modificación en el Tratado de Roma, no será posible alcanzar la unión monetaria. Necesitamos un acto político de esa envergadura".

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