Felipe González logra el apoyo de la derecha para llevar la negociación social al Parlamento

El Gobierno coincidió ayer con el Grupo Popular y Minoría Catalana en la necesidad de llevar al Parlamento la reordenación del gasto social, objeto de las negociaciones fracasadas entre el Ejecutivo y los sindicatos, a los que Felipe González atacó con dureza. En la primera sesión del debate del estado de la nación, Miguel Herrero, por el Grupo Popular, ofreció al Gobierno un consenso para regular la ley de huelga y crear el Consejo Económico y Social. El presidente se apresuró a aceptar esa propuesta.

El discurso de Miguel Herrero -elogioso en muchos aspectos con la política económica gubernamental- sorprendió a algunos de sus compañeros de grupo, que no lo conocían. Herrero explicó a este periódico que el comité ejecutivo de su partido había aprobado las líneas generales de su intervención, y que Manuel Fraga conocía expresamente la propuesta que pensaba hacer en torno a la ley de huelga.El presidente del CDS, Adolfo Suárez, se quedó solo entre los portavoces de la oposición que intervinieron ayer -Herrero, Miquel Roca y él mismo- en su propuesta de anticipar las elecciones legislativas, que fue expresamente rechazada por Roca y por el propio presidente del Gobierno.

González dedicó gran parte de su discurso a pasar factura a las centrales sindicales por el fracaso de la concertación social. Ésta se ha hecho imposible "desde que la dirección de UGT decidió que ese modelo se había agotado", aseguró el jefe del Ejecutivo. La oposición apenas entró en el fondo de estas explicaciones, ni menos aún en los problemas de González con UGT.

El presidente del Gobierno dijo que los sindicatos pueden aceptar aún los 369.000 millones ofrecidos por el Ejecutivo como última oferta en la mesa de negociaciones. Si no lo hacen, el Gobierno discutirá Con las fuerzas parlamentarias el reajuste de gastos sociales, dentro de los actuales límites presupuestarios.

Por su parte, los dirigentes de Comisiones Obreras y de UGT consideraron que el discurso de Felipe González supone un nuevo ataque a los sindicatos, a los que pretende responsabilizar el fracaso de la concertación, y lamentaron que se dé un paso más hacia el enfrentamiento.

La ejecutiva de UGT hizo público un comunicado en el que señala que, "ninguna negociación tendrá un final feliz, dado el talante intransigente" del presidente González.

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