El mandilón del herrero
Hay algunas personas que por más que se esfuercen en ocultarlo siempre les asoma bajo el maillot de hacer footing la cota de malla o el mandilón del herrero; ya pueden recomponer el ademán y entrar en las estancias al estilo egipciaco que más tarde o más temprano se oirá al taumaturgo rugir: ¡EspañalY tras este preámbulo, señor Sánchez Mazas, me pregunto yo qué le importará al eximio Salvador Dalí o al genial Ávila Dollars, que tanto monta, la lectura inteligente, coherente, racional-nacionalista, "que solamente usted y otros muchos parecen saber hacer de su testamento", cuando es sabido que hay otros muchos que opinan todo lo contrario. No hay más que ver el trajín que se traen unos y otros.
España y sus muchos podía intitularse este libro.
Por qué siempre habrá en este solar vocacionales del Estado de alerta que con la excusa de gritar ¡España! quieren hacernos pasar lista a todos.
Déjenos, señor Sánchez Mazas, de iluminismos y estigmas, y el que quiera tatuarse el nombre de España en el pecho o donde le pluga que lo haga, pero libremente, hombre.- Jesús García Avedillo.
