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Asentamientos ilegales obligan a variar el plan de recuperación de márgenes fluviales

Juan Antonio Carbajo

Las aguas de los ríos de Madrid bajan más limpias desde hace algún tiempo, pero sus riberas todavía conservan la degradación propia de años de contaminación. La Comunidad de Madrid había previsto hace cuatro años, paralelamente al Plan de Saneamiento Integral del Agua, la recuperación de las orillas de los ríos, pero los asentamientos ilegales y unos primeros proyectos inadecuados, a juicio de la Agencia del Medio Ambiente (AMA), retrasaron la ejecución de esta primera intención. La agencia ha tenido que preparar un nuevo plan en el que se evitan aquellos tramos afectados por los asentamientos.

El programa de recuperación de márgenes fluviales elaborado primitivamente por la Consejería de Política Territorial pasó a la Agencia del Medio Ambiente cuando ésta se creó hace dos años. Los proyectos preveían la recuperación de las orillas con jardines, ornamentos y detalles tan exóticos como la plantación de cedros del Líbano. La AMA archivó aquellas ideas por considerarlas irrealizables por su alto coste de mantenimiento y por desviarse del fin principal. "No se trata de hacer jardines junto a los ríos, sino de recuperar de forman natural las orillas y acondicionar ciertas zonas para el recreo alrededor de quioscos", afirma Luis Maestre, director de la Agencia del Medio Ambiente.El primer programa chocó además con la existencia no prevista de asentamientos ilegales. Las orillas de los ríos madrileños se encuentran plagadas de pequeños núcleos humanos, casas y chabolas que fueron levantadas con total impunidad en la década de los sesenta y que en algunos casos llegan a ser como pequeños pueblos. Desde entonces estos asentamientos han sobrevivido a los riesgos que supone estar situados junto a cauces contaminados, expuestos a sus crecidas e impunes frente a la Administración, que no encuentra manera de acabar con ellos.

Según la Coordinadora Madrileña de Defensa de la Naturaleza (Comaden), las riberas sufren además la acción incontrolada de decenas de extracciones de arenas y de explotaciones ganaderas y agrícolas. "La ley de Aguas, que delimita el terreno de dominio público alrededor del río, no se respeta en Madrid", afirma Paco Heras, de Comaden.

El nuevo programa de recuperación de márgenes elaborado por la Agencia del Medio Ambiente ha evitado todos los puntos afectados por asentamientos ilegales, cuya erradicación, hasta el momento, parece difícil. "Es un problema social al que los distintos ayuntamientos afectados deberían encontrar solución", según Luis Maestre.

El plan prevé invertir cerca de 5.000 millones de pesetas en los próximos tres años. Las principales acciones se centrarán en los ríos Manzanares, Jarama y Henares y en sus afluentes y arroyos. "Se intentará regenerar sus orillas, recuperar las zonas húmedas y sus riberas", afirma Maestre. En el mismo plan entra la recuperación de las riberas del pantano de San Juan -también se estudia la prohibición de motoras- y la zona alta del Guadarrama, además de la realización de parques lineales en los cauces de los arroyos Culebro y Butarque.

El inicio del programa coincidirá con la construcción de las últimas seis depuradoras previstas en el Plan de Saneamiento del Agua de Madrid. A finales de este año las aguas negras que produce el 90% de los madrileños pasarán por alguna estación de tratamiento. No obstante, todavía existen un centenar de industrias, muchas de ellas ilegales, que vierten productos contaminantes sin depuración.

La AMA estudia también, dentro del programa de recuperación, la ubicación de cotos de pesca en tramos de algunos ríos, como en el Manzanares a su paso por el monte del Pardo. "Aunque siempre como deporte, no para comer", afirma Maestre. Con la creación de zonas de recreo junto a los ríos se conseguirá, cree Maestre, hacer descender el número de visitantes a las zonas habituales, ya muy maltratadas, y atender al gusto de los madrileños que salen al campo, que buscan fundamentalmente árboles y agua.

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