El tormentoso invierno de Papandreu
Andreas, Dimitra y Margarita hacen las delicias de la Prensa griega
La historia de los amoríos del primer ministro ha calado fuerte, porque además se desarrolla ante el telón de fondo de un gran escándalo político -financiero, alimentado por varios escándalos laterales que han sumido al país en una profunda crisis política. Si a esto se le añade la proximidad de las elecciones generales, previstas para el próximo día 18 de junio, se comprenderá que los griegos pasan un invierno tormentoso y agitado.La relación entre Andreas y Mimí -el apodo familiar de Dimitra- era conocida desde otoño de 1987,_pero se mantenía entre bambalinas; sin embargo, con motivo de la hospitalización del jefe de Gobierno en Londres, donde le fue practicada el 30 de septiembre de 1988 una operación de ensanchamiento de la aorta, salió a la luz pública. Los griegos pudieron ver entonces, en la primera página de sus periódicos, a Mimí sentada junto a la cabecera de su primer ministro, y más tarde a los dos cogidos de la mano paseando por los jardines del hospital.
Trámites de divorcio
Papandreu anunció entonces que tan pronto como volviera a Atenas iniciaría los trámites de su divorcio y pondría fin a su matrimonio de 37 años con Margarita, con la que el -primer ministro ha tenido cuatro hijos, el mayor de los cuales, Georges, de 37 años, es el actual ministro de Educación de su Gabinete.
De vuelta a la capital griega, Papandreu abandonó el domicilio conyugal para establecerse con su nueva compañera en Ekali, un barrio residencia del norte de Atenas , e intentó varias veces, con la mediación de sus hijos, conseguir una entrevista con su esposa para obtener el divorcio de forma amistosa.
En vano. Margarita se ha negado a ello y abandonó Grecia la semana pasada para pasar un mes en Estados Unidos, su país natal, donde dará una serie de conferencias sobre el desarme y la distensión en una universidad de Oregón. Margarita indicó antes de salir de Grecia que a su vuelta hablaría con su marido sobre el tema del divorcio. Según la ley griega, es necesario un plazo de seis meses antes de que se haga efectivo un divorcio por mutuo consentimiento.
Este retraso no le gusta a Dimitra Liani, que no se ha reprimido a la hora de manifestarle su irritación a su compañero, especialmente porque Margarita Papandreu no deja de repetir a quien la escuche que ella sigue siendo "la esposa del primer ministro", asegura la Prensa griega, que explica con gusto todos y cada uno de los detalles de los acontecimientos de la vida privada de Andreas Papandreu.
Si al principio las aventuras sentimentales del primer ministro provocaban la sonrisa en un país no demasiado meticuloso en lo que concierne a los rigores de la moral, actualmente irritan a más de un griego, inquieto ante n porvenir incierto. Esta inquietud proviene del oleaje del escándalo provocado por el banquero Georges Koskotas, actualmente detenido en Estados Unidos y acusado de desviar fondos por valor de más de 220 millones de dólares.
Era un dinero que sirvió para financiar las actividades de Koskotas en la Prensa y en el mundo del deporte principalmente, pero también para repartir, según todas las apariencias, sobornos a diferentes personalidades de la política.
El pasado diciembre se formó una comisión parlamentaria para investigar las dimensiones políticas del escándalo. Las últimas declaraciones de dos guardaespaldas de Koskotas han reanimado el interés de esta comisión, de la que el partido comunista ha asegurado que su misión no era otra que la de ahogar el escándalo.
Según uno de estos guardaespaldas, el propio Koskotas llevó personalmente el verano pasado un gran bolso de viaje al número dos del Gobierno, Agamenón Kutsogiorgas, ministro de la Presidencia, mientras se quejaba nerviosamente de "¿hasta cuándo tendré que pagarles?". Kutsogiorgas ha desmentido categóricamente esta versión.
Una caja de pañales
Los guardaespaldas han afirmado igualmente ante la comisión que el banquero envió a finales del mes de agosto una gran caja de pañales rellenos de billetes de 5.000 dracmas (3.750 pesetas) a Georges Luvaris, un íntimo amigo del primer ministro. Luvaris, que también ha negado la veracidad de las acusaciones, ha calificado a los guardaespaldas de 11 mercenarios y de dar falsos testimonios".
Pero al declarar ante la comisión, el propio Luvaris ha desvelado que, junto con Papandreu, se encontró en Roma en 1985 con Mustafá Azam, un hombre de negocios egipcio especialista en la venta de armas y buscado por la policía griega en aquellas fechas. Este nuevo caso ha venido a complicar aún más el pesado clima político en Atenas.
La relación entre el suministro de armas a Grecia y la venta de armas al extranjero se ha convertido, junto al escándalo Koskotas, en el tema de actualidad. El ministro adjunto de Defensa, Statis Yotas, dimitió el pasado diciembre tras denunciar el pago de sobornos por la empresa de armamento EBO, y el "oscuro papel" de Luvaris en la compra de misiles franceses Magic 2, que deben equipar a los aviones Mirage 2000 vendidos a Grecia por Francia.
En este clima hostil a los socialistas en el poder desde 1981, Papandreu lanzó a finales del mes pasado el contraataque de su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK). El primer ministro atacó a la derecha, que utiliza, en su opinión, las "últimas armas de la desesperación: la calumnia, la denigración, el escándalo y la desestabilización". Para el jefe del Gobierno, todas las armas de la derecha "son sucias y son condenadas por la conciencia popular".
Papandreu ha sido particularmente duro con el jefe del partido conservador Nueva Democracia, Costas Mitsotakis, al que ha calificado de "detonador de la situación", y ha atacado también a la izquierda no socialista, que se ha aliado con Nueva Democracia para reclamar una nueva ley electoral que aplique el sistema proporcional simple. "Es una alianza contra natura, un producto oportunista que pretende la vuelta de la derecha al poder", ha dicho Andreas Papandreu.
Finalmente, el líder socialista ha anunciado un congreso de su partido para el mes de abril, que deberá preparar las elecciones de junio.
Mientras que la derecha marcha viento en popa, mucha gente cree en Atenas que Papandreu lo tiene muy dificil para de aquí a las elecciones borrar los escándalos y remontar posiciones.
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