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Almudena Grandes

La inexperiencia de una autora que sólo ha escrito una obra completa

Almudena se mueve continuamente, habla mucho y se confiesa desbordada. "Mis hermanos me han contado que me imitaban cuando me vieron en la televisión, el día del fallo, porque balbuceaba, dudaba... Yo, que normalmente soy muy segura". Pero ha descubierto que le preguntan cosas tan complicadas o supermetafisicas como qué es el erotismo, cuando nadie lo ha definido. Y ha advertido que cuando dice que su novela es una historia de amor las caras que tiene enfrente reflejan decepción. "En Las edades de Lulú, el hilo conductor, el nexo, es la. relación sexual de los protagonistas", pero "la presencia de lo erótico no es constante, porque me he apartado para dibujar a los personajes más nítidamente, para huir de los arquetipos y ofrecer distintas dimensiones de su personalidad, porque no quería aplastar la historia". La novela refleja la fascinación que sienten los homosexuales por las mujeres. "Algo que conocía y que me ha interesado mucho". "Es una historia de amor realista, que sucede en Madrid, en lugares muy concretos, y cuyos protagonistas son gente corriente, que se mueve en medios normales", añade la autora madrileña.A pesar de las prisas y el vértigo de los sucesos, ya ha decidido que dejará su trabajo para dedicarse a seguir escribiendo novelas. Cambiará su disposición mental de escritora de encargo por la de autora de novelas. Aunque su tarea de ponerse ante un ordenador cada día no modificará demasiado su vida, porque siempre se ha dedicado a escribir: "He intervenido en todos los procesos de una editorial. He corregido y preparado textos, he escrito otros de enciclopedias y libros de divulgación", y ahora coordina una colección de guías turísticas.

Con esta dedicación previa Almudena asegura haber conseguido dos cosas fundamentales: oficio y disciplina, lo que le lleva a afirmar también que lo mejor que sabe hacer es escribir. Pero siempre limitada por el encargo: en los Sagrados Corazones, colegio en el que estudió hasta COU, cambiaba las labores de hogar y los problemas de matemáticas por redacciones y traducciones de latín. Y desde que terminó de estudiar ha vivido del trabajo en editoriales.

En torno a Almudena, en su casa del barrio madrileño de Malasaña, los libros están claramente diferenciados: los de trabajo son de divulgación; los de afición, de literatura: "Novelas, historias, siempre relatos. Me encantan. Por eso me gusta también tanto el cine", afirma, mientras añade que es una voraz lectora de novelas eróticas y se atreve a decir de Bella del señor, por ejemplo, que le ha gustado mucho, pero que le sobran 100 páginas.

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