El Ayuntamiento colocará la próxima semana bordillos para separar otros ocho 'carriles-bus'
PEDRO MONTOLIÚ El Ayuntamiento de Madrid comenzará el próximo miércoles a aislar ocho tramos de carriles-bus con bordillos separadores al considerar que es el sistema más adecuado para aumentar la velocidad de los autobuses. Las calles elegidas para la ampliación de este polémico sistema son el paseo de las Delicias, la cuesta de San Vicente, la calle de Alcalá y el paseo del Prado. En su selección, según informó ayer Eugenio Morales, concejal de Circulación y Transportes, se ha tenido en cuenta no sólo el número de autobuses que pasan por estas calles sino la escasa existencia de comercios afectados.
La comisión de gobierno autorizó ayer el comienzo de las obras para instalar en ocho tramos de carriles-bus unos bordillos separadores como los que ya existen en Alcalá (entre Peligros y Sol) y Serrano. La decisión ha sido precedida de un estudio en el que los técnicos de Circulación y Transportes seleccionaron los 50 tramos de la capital considerados más adecuados para la utilización de este sistema. La Cámara de Comercio e Industria de Madrid, opuesta a la medida, mostró su desacuerdo con los 50 puntos elegidos por el perjuicio que podía causar a los comerciantes.El intento municipal quedó entonces congelado, aunque volvió a recuperarse en el pleno monográfico de circulación celebrado el pasado mes de octubre. El pleno estuvo de acuerdo en garantizar la circulación de transportes públicos por carriles reservados e incluso aprobó la creación de carriles-bus en sentido contrario al de la circulación privada.
Ante ello, la lista de los 50 puntos volvió a ser estudiada. Morales explicó ayer que se asignó un número de puntos a cada tramo según la media de autobuses que pasaban cada hora y se restaron, de uno a cinco puntos según la importancia comercial de la calle. Los carriles-bus que a partir del miércoles comenzarán a ser separados son los situados en el paseo de las Delicias, entre la glorieta de la Beata María Ana de Jesús y la glorieta del Emperador Carlos V (Atocha); la cuesta de San Vicente, desde la glorieta de San Vicente hasta la plaza de España; la calle de Alcalá, desde la plaza de la Independencia a Gran Vía, en ambos sentidos, y el paseo del Prado, desde Cibeles a la glorieta de Atocha. En total, 3.280 metros de carriles protegidos, por loque, salvo el de la cuesta de San Vicente, pasa un mínimo de 120 autobuses a la hora.
En San Vicente se ha tenido en cuenta su categoría de vía de penetración en la ciudad y la inexistencia de comercios, al corresponder a la acera de los jardines del Campo del Moro y el palacio Real. En el paseo de las Delicias se ensayará un sistema mixto de intercambiador y zonas de descarga, al estar éstas retranquedas y no obstaculizar el paso de autobuses.
Mayor velocidad
El coste de la operación se elevará a unos 23 millones de pesetas, y las obras comenzarán a realizarse por la noche a partir del miércoles. "Vamos a invertir 9.000 millones en comprar 600 autobuses para la EMT, y es necesario lograr que los autobuses circulen más deprisa que otros vehículos", dijo Morales. "Por ello se ha incrementado la vigilancia y se van a poner elementos separadores en los carriles-bus. Hay que tener en cuenta que en año y medio queremos tener instalado el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE), por el que se podrá tener controlada la situación de un autobús, dar órdenes a su conductor e informar del tiempo de espera al usuario en las paradas. Este sistema, cuya implantación en el centro costará unos 350 millones, sólo es posible si los carriles-bus están libres".
La instalación del SAE ha sido incluida en el estudio de tráfico que el alcalde de Madrid, Juan Barranco, envió el jueves al presidente de Gobierno, Felipe González. En la actualidad, según Morales, ya se realizan pruebas para determinar la mejor ubicación de la antena que permitirá las transmisiones con los autobuses.
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