Detenidos dos miembros del Exército Guerrilleiro tras matar a un guardia
Un comando de cuatro personas, según todos los indicios miembros del Exército Guerrilleiro do Pobo Galego Ceibe (EGPGC), asesinó a tiros a la 1.10 de ayer a un guardia civil e hirió a otro de gravedad en el lugar de Vilarboi-Monfero (La Coruña). Dos de los terroristas fueron detenidos poco después, mientras que los dos restantes permanecen huidos. Éste es el primer asesinato del Exército Guerrilleiro, cuyo fundador, Antón Arias Curto, había asegurado hace meses que nunca de derramarían una gota de sangre.
El comando, que había secuestrado previamente a un vigilante jurado al que robó su arma, simuló un accidente de tráfico y avisó al cuartel de la Guardia Civil de lrixoa para que acudiese una dotación. Cuando dos agentes llegaron al lugar de los hechos, a unos cuatro kilómetros del cuartel, uno de los guardías civiles se acercó a un miembro del comando que simulaba estar herido. El terrorista se abalanzó entonces sobre el agente y, tras mantener un forcejeo, disparó siete veces a quemarropa contra él. El guardia civil, Benedicto Darcía Ruzo, de 45 años, falleció en el acto. El otro agente, Antonio Pérez Freire, de 34 años, mantuvo un tiroteo con el comando en el curso del cual inutilizó el vehículo que había usado el comando. Pérez Freire resultó alcanzado por seis balas y perrnanece herido de gravedad.Los cuatro terroristas huyeron a pie, y unos 40 minutos después efectivos de la Guardia Civil detuvieron a dos de ellos que se habían escondido en el monte a poco más de 100 metros del lugar del atentado. Aunque su identidad no está oficialmente confirmada, al parecer los dos detenidos son Ramón Piñeiro Bello y Manuel Quintás. Los otros dos integrantes del comando son, probablemente, Francisco Javier Filgueira Domínguez y Josefa Rodríguez Porcar.
La Xunta manifestó ayer en una declaración institucional que, de confirmarse la autoría del Exército, se habrá producido un "triste salto cualitativo en la trayectoria de un pequeño grupo de iluminados que a nadie representa y a todos perjudica". El presidente del Gobierno, Felipe González, dijo ayer en Caracas que el atentado le parecía "un disparate total" y que creía que "vamos a poder parar ese brote de violencia".
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