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El próximo de febrero se celebrará la negociación nacional en Polonia

Después de dos meses de falta de contactos a nivel oficial, ayer se produjo el primer encuentro de una delegación del sindicato Solidaridad y de las autoridades polacas con objeto de acordar los detalles técnicos de las futuras negociaciones entre la oposición y el Gobierno polacos. La mesa redonda de tales negociaciones ha sido fijada para el próximo 6 de febrero, tres meses y medio más tarde de la fecha inicialmente acordada.

En la pequeña localidad de Magdalenka, a 20 kilómetros al sur de la capital polaca, se reunieron representantes del prohibido sindicato Solidaridad, encabezados por Lech Walesa, y de las autoridades polacas, representadas por el ministro de Interior, Czeslaw Kiszczak. Éste fue el cuarto encuentro de Walesa con Kiszczak, después de que el ministro propusiera el 26 de agosto del año pasado, en plena oleada de huelgas que afectaron a la costa polaca y a la región minera de Silesia, negociaciones con la oposición.Las negociaciones preparatorias de ayer se celebraron en una residencia del Ministerio de Interior en medio de un bosque y protegida por soldados. En el encuentro, que duró once horas, participaron varios históricos de Solidaridad, como Zbijniew Bujak y Wladyslaw Frasyniuk, así como dos importantes asesores. del sindicato, Bronislaw Geremek y Tadeusz Mazowiecki. La parte oficial estuvo representada, entre otros, por Stanislaw Ciosek, miembro del buró político del comité central del POUP (comunista), así como por jefes de los sindicatos oficiales OPZZ.

Después del anterior e infructuoso encuentro con el general Kiszczak, celebrado el 19 de noviembre del pasado año, Lech Walesa declaró irritado: "Lo que se precisa es una decisión política", frase en que aludía a la necesidad de que las autoridades se declararan dispuestas a aceptar la negociación sobre el pluralismo sindical. Tal declaración la incluyeron las máximas autoridades del POUP en un documento aprobado la semana pasada en Varsovia.

Los sindicalistas legales condicionaban su decisión de sentarse en la mesa de negociaciones a esta declaración de intenciones del Gobierno después de que el máximo dirigente polaco, Wojciech Jaruzelski, diera a entender en un discurso pronunciado a mediados de octubre pasado que para la relegalización de Solidaridad era necesaria una mejora de la situación económica de Polonia, cosa que no se espera inminente. Lo que bloqueó realmente la posibilidad de diálogo durante tres meses fue la decisión del Gobierno, tomada el 29 de octubre, pasado, de cerrar los astilleros de G lansk, cuna de Solidaridad.

Al ora el partido, bajo la presión de la situación económica el aumento de popularidad de Walesa y Solidaridad, ha dado su con sentimiento, a pesar de fuertes resistencias en su seno a estas negociaciones.

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