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Corcuera acordó en Argel con el Gobieno de Chadli Benyedid una estrategia común sobre ETA

VICTORINO R. DE AZÚA El ministro del Interior, José Luis Corcuera, viajó a Argelia, durante el primer período de tregua de 15 días de ETA Militar, en compañía de Rafael Vera y Juan Manuel Eguiagaray, según han informado fuentes oficiales. Corcuera no participó en la entrevista con el representante de la organización terrorista, Antxon Etxebeste, sino que mantuvo contactos a alto nivel con el Gobierno de Argel. Un representante oficial del Ejecutivo del país norteafricano participará en las sucesivas conversaciones con ETA. El portavoz del Ministerio del Interior declinó hacer comentario alguno sobre esta información.

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La visita de Corcuera tenía por objeto precisar con las autoridades de Argel una estrategia común de los dos Gobiernos frente a la reanudación de las conversaciones con la organización terrorista. El ministro ya había viaja do allí en secreto en alguna ocasión anterior para recabar la colaboración del país anfitrión de los miembros de ETA y aclarar su posición ante los contactos. Argel advirtió a los exiliados vascos, en septiembre pasado, de la imposibilidad de que siguieran residiendo en el país si no se abría alguna posibilidad de reto mar el diálogo para la pacificación con el Gobierno de Madrid.La actitud argelina ha experimentado un giro muy positivo a raíz de la activa participación de Corcuera en las relaciones entre ambos países, según las mismas fuentes. Los miembros de ETA saben ahora que la decisión de expulsarles ya ha sido tomada una vez y puede volver sobre la mesa en cualquier otro momento. Conocen también dos sucesivos borradores de nota explicativa de la expulsión: el primero, muy crítico para ETA, y el segundo, más neutro.

Argelia, además, en parte como consecuencia de la sacudida que representó la revuelta de la sémola para su Gobierno y para el Frente de Liberación Nacional (FLN, partido único), se ha mostrado en los últimos cuatro meses mucho más receptiva a la posición española. Corcuera ha manifestado en sus recientes conversaciones con las fuerzas políticas parlamentarias la convicción de que el Gobierno magrebí entiende ahora con claridad los límites de la negociación con ETA y el margen de maniobra de que dispone el Ejecutivo español en las conversaciones.

Observador argelino

A esta nueva actitud argelina se debe, según las fuentes citadas, la aceptación por parte de Madrid de la intervención oficial en sucesivas reuniones de un representante argelino a título de observador. Esta intervención permitiría al Gobierno argelino, en caso de que ETA trate de forzar la negociación política, avalar y ratificar la interpretación del Gobierno español sobre la responsabilidad de una nunca descartada posible ruptura de los contactos.

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En tal caso, añaden, el cese de las razones que explican y permiten sostener la presencia del grupo de exiliados vascos en aquel país volvería a quedar en evidencia. La ruptura pondría de nuevo sobre el tapete la posibilidad de replantear la expulsión de Antxon Etxebeste y sus compañeros, probablemente con destino a países centro o suramericanos.

La intervención de Argelia como país "mediador y moderador" de las conversaciones con el Gobierno español, y también como garante de eventuales compromisos, ha sido una vieja aspiración de ETA Militar.

La organización terrorista interpreta esta presencia como una medida de reconocimiento oficial de la negociación por parte de un país con un pasado de guerra de liberación triunfante y caracterizado internacionalmente por su apoyo a los movimientos de liberación.

Sexto punto

La participación del Ejecutivo de Argel en las "conversaciones políticas" a celebrar en el futuro aparecía recogida en el comunicado de ETA publicado el pasado lunes en el diario Egin como el sexto punto de los acuerdos que dieron paso a la ampliación de la tregua en más de dos meses. Los nueve puntos dados a conocer por ETA fueron considerados "viables" al día siguiente por el portavoz oficial del Gobierno vasco, el socialista independiente José Lamón Recalde, después de que Corcuera y el lendakari José Antonio Ardanza hubieran mantendo una larga entrevista en el palacio de Ajuria Enea, en Vitoria.

La decisión argelina de ejercer una presión discreta pero firme sobre ETA para favorecer el proceso de conversaciones es considerada ahora en medios oficiales como un factor "muy importante" para la reanudación de los contactos con la organización terrorista con ciertas posibilidades de éxito. La presión argelina se suma, subrayan los mismos medios, a una decisión francesa, ya probada con la captura de José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera,de aplicar sobre la organización en suelo galo una presiun muy selectiva, pero intensa

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