La nueva Constitucion iraquí introducirá el multipartidismo

El presidente iraquí, Sadam Husein, parece determinado a granjearse el respeto político internacional tras el alto el fuego en su guerra con Irán, que durante ocho años le dio pie a profundizar su dictadura. A la sorpresa del pasado noviembre, cuando hizo pública la posibilidad de multipartidismo, se ha sumado ahora el anuncio de la elaboración de una nueva Constitución que permita hacer realidad ese proyecto.

La decisión fue tomada la semana pasada en reunión conjunta de la dirección del Partido Baas (formación gobernante) y del Consejo de Mando de la Revolución, los dos más altos órganos políticos del país. Una vez elaborada, la nueva Carta Magna se someterá a referéndum.La instauración de un sistema pluripartidista "se ha convertido en una necesidad vital para reforzar más las bases de la democracia y de la revolución en la próxima etapa", aseguró Husein ante los telespectadores. El alcance de estas aparentemente espectaculares reformas se ve, sin embargo, ensombrecido por su trayectoria de gobernante autócrata, que encontró una excelente coartada durante el conflicto bélico. Sólo tres partidos están autorizados en la actualidad en Irak: el gobernante Baas, el Partido Demócrata del Kurdistán Iraquí (rama del PDKI, que apoya al régimen) y el Partido de la Revolución del Kurdistán. Estas tres formaciones políticas se agrupan en el Frente Nacional Progresista, al que también perteneció hasta 1979 el partido comunista. Su prohibición, acusado de apoyar a Irán, fue el inicio de un proceso de depuración que acabó con la vida de sus principales dirigentes.

Kurdos, comunistas, shiíes radicales y los restos de una incipiente burguesía acostumbrada a usos más liberales constituyen la base social del descontento hacia el régimen. De esta oposición acallada por la falta de libertades han surgido, a pesar de todo, algunos elementos contestatarios que, sin llegar a amenazar seria mente al aparato del Estado, han creado algunos problemas. A lo largo de los últimos años se han tenido noticias de atentados fallidos contra el presidente, coches bomba y otros ataques, nunca confirmados de forma oficial.

La apertura en el terreno económico tiene más visos de hacerse realidad. El Gobierno iraquí ha lanzado la primera operación de privatización en el sector turístico al anunciar la puesta en venta de un gran complejo hotelero de Bagdad. El Estado mantendrá una participación del 49% en la nueva sociedad, aunque fuentes cercanas al proyecto han asegurado que no se sentarán en el consejo de administración. Entre las futuras ventas también se contempla el hotel Melia-Mansour, bajo gerencia española hasta ahora.