Sexta promoción

Ocupó el lugar habitual de la Orquesta Nacional su hermana menor, que debe convertirse, cada vez más, en su cantera: la Joven Orquesta Nacional de España. Desde su creación, hace un lustro, han accedido a la JONDE seis promociones, y destaca un dato muy positivo: el rejuvenecimiento de los componentes. En la actualidad la edad media debe andar por los 18 años.Su director, Edinon Colomer, especialmente apto para el magisterio, ha comenzado la sexta promoción de su orquesta con un programa difícil y sumamente delicado: Danza de las furias, de Orfeo, de Gluck; Sinfonía Praga, de Mozart, intermedio de Goyescas, de Granados; Pelleas el Melisande, de Fauré, y Ma mère lóie, de Ravel.

Si hacemos abstracción de Goyescas, los pentagramas escogidos parecen más propios para una orquesta madura. Pero Colomer repite la experiencia de hace unos años cuando la primera promoción trabajó las mismas obras, y si entonces le dio buenos resultados no puede suceder ahora nada diferente. Otra cosa es que, por ejemplo, el Mozart escuchado resultase medianamente atractivo, o que el repertorio de matices en Ravel no alcanzase los extremos requeridos por esta música de orfebre.

Pero si tenemos en cuenta que era la tercera vez que los nuevos instrumentistas actuaban unidos, hay que aplaudir sin reserva, como lo hizo el público que llenó el auditorio, tanto el trabajo de la orquesta, como el del maestro, en la seguridad de que, cada día, la experiencia de la JONDE rendirá mayor utilidad. Esto es lo que importa si pensamos con seriedad en el presente y el futuro de nuestras orquestas.