"Ni socialismo con patatas ni con cebolla"
J. G. I. Fraga esquiva plantear las reivindicaciones de los sindicatos y la firmeza del Gobierno como alternativas ante las que Alianza Popular deba tomar una opción política. "Ni socialismo con patatas ni con cebolla", sentencia. Dispuesto a subrayar su populismo, asegura entender algunas de las reivindicaciones socioeconómicas ante "la mejora de la tarta" de riqueza y reprocha la mixtura .socialistas millonarios y millonarios socialistas".
P. ¿Cuál debe ser en su opinión la actitud de AP ante el enfrentamiento del Gobierno con los sindicatos: comprender, asumir las reivindicaciones sindícales o apoyar al Ejecutivo para que mantenga una política económica que da beneficios a las empresas?
R. Ninguna de ésas. Nosotros no podemos aceptar el planteamiento del Gobierno de decir: o yo o el caos, o mi política económica, que es la única posible y buena, o nada. A diferencia de lo que ha sucedido en la educación, en la justicia o en televisión, en economía afortunadamente se ha hecho menos socialismo, lo cual no quiere decir que asumamos esa política en su integridad.
Lo que no estamos es por optar entre un socialismo u otro. No. Ninguno de los dos. Ni el socialismo de izquierdas de las corrientes del PSOE o de UGT que no han vacilado en pactar con el comunismo, en concreto con CC OO, ni tampoco con un socialismo más flexible, o más oportunista, o más capaz en este momento de gustarle esa bellísirna síntesis de socialistas millonarlos y de millonarios socialistas. Por tanto, ni el socialismo con patatas ni con cebolla. No nos interesa ninguno de los dos.
Respecto, a las reivindicaciones económicas y sociales, cada una habrá que verla en sus méritos. Yo he querido entender qué es lo que pasaba, que no es expresar comprensión. Hay que ver cómo se ha llegado a eso. No se ha regulado la huelga, no se ha regulado el Consejo Económico y Social, en donde no sólo habría un instrumento de diálogo permanente, sino de reequilibrio entre las regiones. Hoy están aumentando en España las diferenclas entre las regiones ricas y las regiones pobres.
Ante todo eso tenemos que decir que comprendemos el drama en que se puede encontrar el señor Redondo y sus compañeros, lo mismo por el temor a perder todo protagonismo y que pase a CC OO que por el hecho de demostrar que están para defender ciertas cosas. A lo mejor, al haber aurrientado la tarta hay que mejorar la distribución.
En resumen, no me pronuncio. Pero quiero añadir que todo el mundo entiende que debe haber diálogo. Opción política no tomamos ninguna. Nosotros tenemos una mucho mejor, que es la que está funcionando en todos los países que salen de crisis: el Reino Unido, Alemania, Japón, Canadá, Estados Unidos.
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