Inversión volátil
Con ligeras presiones alcistas en valores concretos, como La Seda y Uralita, se cerró ayer la segunda sesión consecutiva marcada por el signo de la oferta. El mercado ha experimentado un diente de sierra clásico sin perder firmeza, como demuestran los volúmenes relativamente altos contratados en los últimos días. Lo cierto es que a la inversión más volátil, formada por los grupos especulativos no vinculados a instituciones, no le sobra paciencia, y en cierta forma es comprensible después de un comienzo de año bastante duro. Las ganas de realizar a corto plazo pueden con todo. Por enésima vez, los más inquietos se mostraron desconcertados por el misterioso dividendo a cuenta prometido por Telefónica, que no llega y se añade a la crisis en la presidencia de la compañía.
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