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Fiat y las relaciones laborales

En definitiva, se han levantado en defensa de la libertad de los trabajadores en las fábricas los que superponen las continuas violaciones de los derechos civiles más elementales en relación con los servicios y el aparato público al trabajador ciudadano.Queda por decir algo sobre la cultura de izquierda en Italia, que siempre es antisindical, aunque no se lo proponga. La izquierda está obsesionada desde hace tiempo por un viejo mito. Es la ilusión de que las grandes fábricas puedan convertirse en una especie de Parlamento donde todos discutan de todo. Achille Occhetto se ha hecho portavoz de este mito, en medio de la campaña contra Fiat y después de subir al Quirinal, al intervenir en la tribuna del Centro por la Reforma del Estado, presidido por Ingrao. Contra la empresa que "practica la unicidad de dirección y de mando" ha invocado de nuevo "la empresa pluralista", donde todos deciden de todo, "trabajadores, técnicos, directivos".

Es una ilusión anarcosindicalista que el marxismo ha combatido siempre. A todos los que reclamaban el fin de toda autoridad en las fábricas de la "sociedad socialista" del futuro, el viejo Engels respondió de forma lapidaria: "Querer abolir la autoridad en las grandes industrias es querer abolir la industria en sí misma, es destruir la hilatura a vapor para volver al huso y la rueda".

16 de enero

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