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La policía espera la petición de los secuestradores del ex primer ministro belga

La tesis del secuestro del ex primer ministro belga Paul van den Boeynants fue confirmada ayer por la policía belga, que, junto con la familia, espera ahora que sus autores se manifiesten y formulen su reivindicación. La Fiscalía de Bruselas, que coordina la investigación, recordó también ayer, a través de los medios de comunicación, que el rehén debe imperativamente tomar, cuando sufre de estrés, una medicina llamada Adalate combinada con un sedante.

Los investigadores no disponían ayer, a juzgar por las declaraciones del portavoz del Ministerio del Interior, de ningún indicio suplementario sobre el secuestro del que es probablemente el político belga más conocido después de la guerra, y la policía se preguntaba si la acción obedecía a motivaciones criminales, para que la familia adinerada pagase un rescate, o políticas, lo que implicaría la reaparición del terrorismo, erradicado en 1985.Tres llamadas telefónicas, dos a la televisión belga francófona y una al diario bruselense Le Soir, han reivindicado hasta ahora el secuestro. Las dos primeras lo hicieron en nombre de las Brigadas Socialistas Revolucionarias y fueron efectuadas antes de que la desaparición fuese señalada, pero como las iniciales de ese grupo desconocido coinciden con las de la brigada de investigación de la gendarmería, los periodistas que descolgaron el auricular pensaron que se trataba de una broma. La tercera llamada es todavía más confusa.

Acaso el secuestrado, conocido en Bélgica por las iniciales de su apellido, V. D. B., se sentía amenazado, porque, según la radio estatal francófona, había pedido cita al ministro de¡ Interior, Louis Tombak, aunque, según su secretaria, no tenía excesivas prisas por conseguirla. Esta petición ha incitado a la policía a revisar los últimos días de la vida en libertad de Van den Boeynants, que tiene 69 años de edad.

Actualmente el rehén es a la vez parlamentario y concejal del Ayuntamiento de Bruselas al tiempo que preside la Feria internacional de la capital belga. La justicia había, sin embargo, pedido el levantamiento de su inmunidad parlamentaria para interrogarle sobre algunos pagos posiblemente fraudulentos efectuados cuando era ministro de Defensa. En 1986 el ex jefe de Gobierno ya había sido descrito como "un gran y visceral tramposo fiscal" por el presidente del tribunal, que le condenó a tres años de cárcel y a una multa de 1,5 millones de pesetas por fraude fiscal.

La cartera de Defensa fue una de las siete que ocupó, a lo largo de una carrera política de 35 años de duración, el "viejo cocodrilo", como le llaman sus amigos, que también desempeñó dos veces la jefatura del Gobierno. Fue, además, presidente del Partido Social Cristiano y, más tarde, de su rama francófona.

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