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Obiang prefirió un avión del rey de Marruecos al ofrecido por el Gobierno español

La decisión del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, de viajar en un avión puesto a su disposición por el rey Hassan II en lugar del aparato real que le había sido ofrecido por las autoridades españolas ensombreció ayer el inicio de su visita de dos días a España. La llegada de Obiang, que anoche fue recibido junto a su esposa, Costanza, en el palacio de la Zarzuela, era esperada con interés por los círculos de la oposición guineana, ante la posibilidad de que reciba hoy a una comisión mediadora integrada por organizaciones no gubernamentales de ayuda al desarrollo y grupos políticos españoles.

El presidente Teodoro Obiang Nguema aterrizó ayer, con dos horas de retraso, en el pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas a bordo de un Boeing 727 que le fue cedido por el rey Hassan II de Marruecos. Obiang decidió recurrir a otro "país amigo" para hacer frente a su traslado y el de su séquito a España, tras descartar la oferta española de poner a su disposición un avión Falcon 900, de 15 plazas y utilizar el vuelo semanal de Iberia de Malabo a Madrid para el traslado del resto de los integrantes de su séquito.Madrid intentó seguidamente zanjar este problema técnico ofreciendo un Boeing 707, con capacidad suficiente para las aproximadamente 55 personas que acompañan a Obiang en su visita. La propuesta también fue rechazada por Malabo, que ya había realizado con éxito gestiones con el monarca marroquí, con el que el jefe de Estado guineano mantiene estrechas relaciones. Poco después del golpe de libertad de 1979, con el que Obiang derrocó y sucedió a su tío, Franciso Macías Nguema, Hassan II accedió a poner a su servicio una escolta formada por marroquíes que desde entonces se encarga de su seguridad personal.

Obiang fue recibido ayer al pie del avión por el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, que acababa de llegar de su viaje a Israel y hubo de esperarle durante dos horas para, tras saludarle, tomar otro avión hacia Estrasburgo, junto al embajador español en Malabo, Manuel Alabart.

Obiang, que seguidamente se trasladó al palacio del Pardo, asistió anoche junto a su esposa Costanza, a una cena ofrecida por los Reyes en el palacio de la Zarzuela.

Fuentes del Ministerio de Exteriores no pudieron ayer confirmar si Obiang prolongará su visita a España, con dos días de permanencia privada, tal como ha manifestado.

La incógnita rodea el posible encuentro que el presidente guineano podría celebrar hoy, según han asegurado miembros de su Gobierno, con una comisión mediadora sobre el problema del retorno de los expatriados guineanos. Esa comisión está integrada por organizaciones de ayuda no gubernamentales al desarrollo y los derechos humanos y por partidos políticos españoles.

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Este encuentro cuenta con el apoyo de toda la oposición guineana en el exilio, que la pasada semana firmó, por primera vez en su historia, un documento conjunto de apoyo a la iniciativa. Todos los partidos políticos españoles excepto el PSOE manifestaron ayer su deseo de asistir a dicha reunión, a la que inicialmente se habían adherido Izquierda Unida y AP.

Estas conversaciones se centrarían en la necesidad del diálogo entre ambas partes, de cara al logro de la reconciliación nacional y la liberación de los presos políticos que aún permanecen en la cárcel tras el gesto de Obiang de liberar al secretario general del opositor Partido del Progreso, José Luis Jones, que el sábado llegó a Madrid.

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