_
_
_
_

Santiago Font y Nacho Ordás

La historia de los derechos humanos en 'comic'

Santiago Font es abogado de formación, aunque no de profesión. Nacho Ordás es pintor de vocación. Ambos son amigos, buenos amigos. Su vinculación comenzó en Palencia, lugar de nacimiento de los dos, y continuó, años más tarde,en Madrid, donde les ha reunido un proyecto común. Santiago ha puesto la letra y Nacho los dibujos de una historia de los derechos humanos en comic. Una manera de romper el formato habitual de los mamotretos que inundan los estantes dedicados al derecho en las bibliotecas.

Santiago Font, de 34 años, estudió Derecho en Valladolid. Tras acabar sus estudios en 1979 se trasladó a Madrid, donde consiguió trabajo en el despacho de José María Mohedano. Poco tiempo después, tanto él como su jefe asumieron que aquello no era lo suyo. "Un despacho de abogados es lo más parecido a una consulta de un psiquiatra", recuerda Santiago. Un día, Mohedano le preguntó qué era lo que deseaba hacer en realidad, y él, sin dudarlo, le contestó que escribir un libro que pudiera ser leído por aquellos que les gustara el derecho, pero que no aguantaran los textos jutídicos. Mohedano le puso así en contacto con el Ministerio de Cultura, que proyectaba publicar un libro divulgativo sobre los derechos humanos. Santiago Font se acordó de su amigo Nacho Ordás y ambos se pusieron a trabajar en el proyecto.Nacho Ordás, de 30 años, tiene un objetivo claro, dedicarse a la pintura. Su carrera no va mal. Ha conseguido exponer en diversas oportunidades tanto en exposiciones colectivas como individuales. Su mayor satisfacción proflesional es la de haber podido exponer incluso en Italia y la República Federal de Alemaniá. Pese a todo, la pintura aún no le da para vivir, y por ello suele trabajar en otras actividades paralelas relacionadas con la publicidad y el diseño gráfico.

Casi un año después de haber iniciado su trabajo común lo tenían terminado. Santiago se dedicó durante seis meses a investigar la historia de los derechos humanos y a escribir el texto base. Una a una fueron concibiendo las viñetas que Nacho iba dibujando a medida que el texto se redactaba definitivamente. Como portada eligieron un dibujo en el que aparecía la estatua de la Libertad con las faldas remangadas huyendo despavorida de la persecución de un individuo; porra en mano, vestido con uniforme paramilitar.

La concepción final del libro no satisfizo al ministerio, por considerarlo demasiado atrevido. Por ese motivo se vieron obligados a recorrer editoriales, hasta que a la décima llegaron a un acuerdo. La portada original pasé a contraportada, pero la publicación se pudo realizar. La historia ilustrada de los derechos humanos vio la luz.

Ahora, Santiago y Nacho piensan ya en nuevos proyectos. De momento se sienten satisfechos de su obra publicada. Para ellos, se trata de un texto "tan digno como los más sesudos ensayos que se estudian en las facultades de Derecho, pero además tiene humor, espíritu crítico e imaginación".

Los dos conocen las limitaciones que se han marcado. "Soy demasiado mal organizado e irresponsable para ser abogado", confiesa con total sinceridad Santiago Font. "Yo, por mi parte, lo tengo claro, me quedo con la pintura, pero mientras me diviertan las cosas que hago y me den pelas, esperaré mi oportunidad", dice Nacho.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_