Asunto secreto

La Escuela Nacional de Sanidad ha dictaminado unos 82 casos de afeitado, correspondientes a toros lidiados en 1988. Para obtener este dato ha sido necesario efectuar laboriosas averiguaciones, pues los organismos consultados declinan facilitar cualquier información al respecto. El asunto del afeitado parece tener tratamiento de secreto de Estado en determinadas instancias oficiales.Si sólo se hubieran afeitado 82 reses, entre miles que saltaron a los ruedos, la fiesta viviría en estado de virginal pureza, ya que el porcentaje es irrelevante. Sin embargo, los aficionados observan y ganaderos íntegros reconocen que durante 1988 la manipulación de astas se cometió prácticamente en todos los cosos, y hubo ferias donde ni un solo toro se salvó del serrucho.

La ridícula cifra de 82 reses afeitadas revela, en realidad, que la corrupción (acaso la ineptitud) se extiende más allá de la habitual picaresca, donde unos taurinos ordenan la manipulación y otros la ejecutan. Pues para que este fraude pueda cometerse desde la impunidad, ha de pasar inadvertido para toda una cadena de técnicos y facultativos que tienen encomendada su vigilancia y erradicación, lo mismo en la plaza, antes y después de la corrida, que en las unidades administrativas donde se tramitan los expedientes sancionadores.