Félix Pons,
presidente del Congreso, estaba decidido a romper con esa imagen de imperturbable seriedad que le atribuyen los diputados y que ello tuviera lugar mañana, 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Pons se disponía a anunciar en el Pleno que desde ese día quedaban suprimidas sin posibilidad de réplica las agrupaciones parlamentarias, por lo que sus miembros pasaban a engrosar el saco del Grupo Mixto, con la consiguiente pérdida de voz propia y otros privilegios que les equiparan prácticamente a los grupos grandes. Alguien le debió aconsejar que ésa no era forma de manifestar toda la gracia que adorna su espíritu y le pidió que, por un momento, pensara en la cara que se les quedaría a los afectados tales como Gerardo Iglesias, Nicolás Sartorius, Javier Rupérez, Modesto Fraile o José Antonio Segurado, que sin duda lo considerarían como un hito del humor negro.
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