Vanguardia americana

Resulta desconcertante que un concierto tan espléndido como el de Louis Moholo y su banda Viva la Black pueda desarrollarse ante un auditorio semivacío. El lugar era el San Juan Evangelista -una real garantía de programación- y la doble convocatoria, las I Jornadas AntiApartheid y II Festival de AfroJazz.Louís Moholo y su banda presentan hoy una de las músicas más exaltantes que se puedan escuchar. Raíces africanas, la danza de los guerreros y el canto zulú expresados en el lenguaje que en el jazz se genera a partir de John Coltrane y Ornette Coleman. Tensión, alegría -como en Nueva Orleans, como en el free- y también el golpe directo al estómago de la sensibilidad adocenada. La música africana está en su formación y en su sensibilidad; lo que hablan es jazz, jazz muy moderno.

Moholo es el rotundo líder. Impulsa desde la batería cuanto sabe hacer estallar en su banda y es el maestro de todos los tiempos con los que se juegan. Cuando se trata de marcar, marca como cualquiera de los mejores; a la hora de descodificar, de imprimir circularidad, tal vez sólo pueda pensarse en Sunny Murray. Moholo cuenta en la sección rítmica con otro percusionista, Thebe Lipere, un constante y ejemplar espidico que visualiza muchas de las ganas de tocar de esta banda, y un contrabajista, Roberto Bellatalla, que sin deslumbrar cumple con sus cometidos. Claude Deppa, surafricano como ambos percusionistas, empuña trompeta y fiscornio, y a veces toca simultáneamente. Puede pasar de un sonido metálico a los mejores acentos por las zonas de Don Cherry y Lester Bowie. Steve Williamson toca de forma muy relajada con el mayor paroxismo.